
Tras la introducción a cargo de Maialen Etxeberria, portavoz de Ernai, han tomado la palabra el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, y la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, en castellano y euskara, respectivamente.
«Sin esperar a los estados, vamos a decidir y construir nuestro propio camino, la Vía Vasca», arranca el documento que recoge «las bases de la estrategia de la izquierda abertzale» para la construcción de «una Euskal Herria independiente, socialista, euskaldun y feminista».
El primer punto es la «unilateralidad» ante la constatación de que «los estados no quieren solución democrática alguna». Esa unilateralidad chocará «antes o después» en una «confrontación democrática» con «las legislaciones española y francesa».
Para obtener éxito en ese reto será necesario conseguir «en el terreno de la activación popular sinergias y niveles de adhesión desconocidos hasta ahora. La activación popular es el garante de la confrontación democrática y la unilateralidad. Sin activación popular no podemos desarrollar como es debido los otros dos pilares».
Junto a las mayorías sociales, la izquierda abertzale se reafirma en la necesidad de «una alianza política sólida, así como una alianza sindical y social. Es indispensable impulsar un trabajo compartido de carácter táctico, y en la medida de lo posible estratégico, tanto en las instituciones como en otros terrenos».
Los pilares
Además de explicar estos hitos estratégicos, Sortu, LAB y Ernai han enumerado «los pilares» sobre los cuales construir esa Vía Vasca o Euskal Bidea: la defensa de los derechos sociales de la ciudadanía, el idioma y la cultura, el sistema educativo, los símbolos nacionales o la territorialidad.
Respecto a este último punto, las organizaciones de la izquierda abertzale abogan por «un planteamiento flexible y que se pueda ir adecuando, pero carente de toda ambigüedad. El primer reto será impulsar el debate sobre el estatus político y hacer propuestas concretas en los tres marcos administrativos actuales» desde «el solar comun del reconocimiento de Euskal Herria» y del «derecho a decidir».
«Euskal Herria llegará a ser una entidad política porque la ciudadanía así lo desee y así lo decida. La ciudadanía tiene que decidir y su voluntad tiene que ser respetada», concluye el documento.

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