Joseba SALBADOR DONOSTIA

Draghi saca toda la artillería con rebaja de tipos e inyecciones a los bancos

El BCE dio ayer un vuelco a su política monetaria y, además de la rebaja de tipos y la penalización a los bancos que no impulsen el crédito, anunció medidas como una nueva inyección de liquidez de 400.000 millones a la banca. Los expertos desconocen si ello impulsará la economía real.

Con el objetivo de reactivar la economía y el crédito y alejar los riesgos de deflación, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer recortar los tipos de interés del euro desde el 0,25% hasta un nuevo mínimo histórico del 0,15%, y colocó por primera vez en la historia la tasa de depósitos en niveles negativos. De esta forma, cobrará por primera vez a los bancos que optan por guardar sus depósitos en la hucha del BCE, al situar el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito en el -0,10%. Lo que se pretende con esta medida es que los bancos saquen el dinero que está en el BCE y concedan créditos, aunque los expertos dudan de que esto termine siendo una realidad.

Además de estas dos medidas, que eran esperadas por los mercados, Draghi anunció también una generosa operación de refinanciación para las entidades bancarias. Así, el BCE llevará a cabo este año dos inyecciones de liquidez a largo plazo por 400.000 millones de euros, con un vencimiento de cuatro años, condicionadas a que los bancos presten a las empresas y los hogares.

Los bancos comerciales podrán tomar prestado del BCE un 7% del valor de sus préstamos al sector privado no financiero, empresas y hogares, excluidas las hipotecas para evitar nuevas burbujas inmobiliarias, con fecha el 30 de abril de 2014. Los préstamos al sector público no se considerarán en este cálculo, según explicó Draghi.

Las operaciones vencerán en setiembre de 2018, por lo que tendrán un vencimiento de cuatro años.

El BCE acometerá la primera inyección de liquidez a largo plazo en setiembre y la segunda en diciembre de este año.

Además, entre marzo de 2015 y junio de 2016, los bancos podrán pedir al BCE, cada tres meses, una cantidad acumulada máxima de hasta el triple de sus préstamos netos a las empresas y hogares, excluidos los créditos para comprar una vivienda.

Esta medida está destinada en principio a fomentar el préstamo a los hogares y a las compañías no financieras, excluyendo los préstamos para la compra de vivienda.

Draghi aseguró que el BCE tendrá mecanismos para comprobar que estas inyecciones de liquidez se destinen a la economía real. En concreto, las entidades que no destinen un porcentaje concreto de dinero a la economía real entre el 1 de mayo de 2014 y el 30 de abril de 2016 tendrán que devolver el dinero en setiembre de 2016.

Compra de titulizaciones

Por otro lado, Draghi informó de que el Consejo de Gobierno decidió también comprar bonos de titulización de activos para mejorar el funcionamiento del mecanismo de trasmisión de la política monetaria.

El Eurosistema, integrado por el BCE y los bancos centrales estatales, comprará bonos de titulización de activos «transparentes y simples», respaldados por préstamos a las empresas, para impulsar el crédito a las pymes. No obstante, el BCE todavía no ha decido qué tipos de bonos comprará, dijo Draghi.

Por último, la entidad cerrará el tapón para el drenaje de la liquidez creada con la compra de bonos soberanos, lo que se conoce como «esterilización de la deuda», por lo que habrá más liquidez en el sistema para facilitar el crédito a la economía real

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Draghi explicó que el BCE ha adoptado esta medida teniendo en cuenta las previsiones económicas y el análisis de la transmisión de la política monetaria.

El presidente del BCE asegura que con este paquete de medidas buscan apoyar la concesión de crédito a la economía real y confía en que contribuirán a que la inflación regrese a su objetivo del 2%.

Los analistas no esperan un efecto «inmediato» en la concesión de crédito

Las medidas históricas anunciadas por el BCE no tendrán un efecto inmediato en la concesión de crédito a las familias, que tampoco notarán una reducción significativa en la cuota de sus hipotecas, según los expertos consultados por la agencia Europa Press.

La analista de Selfbank Victoria Torre explica que la decisión de colocar en negativo la facilidad de depósitos tiene como objetivo que los bancos saquen el dinero que está en el BCE y concedan créditos, «pero esto parece un poco complicado, porque esto tiene que estar ligado a la recuperación de la economía» y porque después de todo el tiempo que los bancos llevan recapitalizándose, son «cautelosos» al conceder créditos.

La directora de Análisis y Estrategia de Renta 4, Nuria Alvarez, cree que la inyección de liquidez «no supondrá de manera inmediata más crédito para las familias», porque al tener un horizonte de cuatro años se empleará más para financiar a pymes que a conceder hipotecas, y porque es previsible que las entidades se aprovechen de las nuevas condiciones para cubrir con mayor facilidad los préstamos que ya tenían previstos, más que para aumentarlos.

Por su parte, el analista de XTB Javier Urones cree que las medidas deberían traducirse en una reducción de la tasa a la que los bancos se prestan entre sí, impulsando más a la baja al Euríbor 12 meses al menos hasta el 0,50%. GARA