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LISBOA

El Estado portugués acude al rescate del Banco Espirito Santo

Con la finalidad de evitar el contagio, el Estado portugués ha decidido a última hora del domingo a inyectar un capital de 4.400 millones de euros al Banco Espirito Santo (BES), que sufre serias dificultades financieras. Esta decisión, de acuerdo a la actual reglamentación europea, compromete a los accionistas de la entidad bancaria.

Dos personas pasan ante un local del Banco Espirito Santo. (Patricia DE MELO MOREIRA/AFP PHOTO)
Dos personas pasan ante un local del Banco Espirito Santo. (Patricia DE MELO MOREIRA/AFP PHOTO)

Tras mantenerse durante algún tiempo al margen del escenario, el Gobierno luso echará mano al paquete de 12.000 millones de euros reservado a los bancos en el marco del plan de salvamento de Portugal negociado con la ‘troika’ (UE-FMI-BCE), del que aún le quedan 6.400 millones.

Al acudir al rescate del banco, en serias dificultades por la mala gestión financiera de la familia Espirito Santo, el Gobierno busca evitar que este caso contamine al conjunto del sector de las finanzas de Portugal, e inclusive del resto de Europa.

«Era urgente adoptar una solución para garantizar la protección de los depósitos», ha declarado el gobernador del Banco de Portugal, Carlos Costa, al presentar el plan de salvamento para el BES.

Después de haber dado a conocer una pérdida semestral récord de 3.570 millones de euros, el «Banco Espirito Santo presentaba un riesgo de cese de pagos (default) que habría puesto en peligro a todo el sistema financiero nacional», ha añadido.

Las turbulencias por las que atravesaba el BES habían sembrado el pánico en los mercados europeos a comienzos de julio, haciendo resurgir el fantasma de la crisis de la deuda en la zona euro.

Ante la hecatombe de las acciones en Bolsa, que fueron suspendidas el viernes tras haber perdido casi el 75% de su valor en apenas una semana, las esperanzas de que el banco atrajera a nuevos inversores sin recurrir a la ayuda del Estado se hicieron añicos.

Para detener la hemorragia, las autoridades portuguesas decidieron escindir al banco en dos entidades, con la finalidad de separar los activos tóxicos de los productos sin riesgos. Los activos tóxicos, entre ellos los títulos de deuda de alto riesgo de la familia Espirito Santo y las partes en la filial del BES en Angola, serán colocados en el seno de una estructura de disociación («bad bank»), encargada de liquidarlos.

Novo Banco

En cuanto al conjunto de los activos sanos, por su parte, serán reagrupados en una nueva entidad bancaria bautizada Novo Banco, controlada por el Fondo de resolución de los bancos portugueses, creado en 2012 a demanda de la ‘troika’ con la finalidad de poder enfrentar las crisis del sector.

«Nada cambia para los clientes. Estos podrán realizar todas las operaciones habituales sin perturbaciones. El BES se convertirá a partir del lunes en Novo Banco, inclusive aunque las agencias mantengan en un primer tiempo los viejos logotipos», ha subrayado Costa.

En cuanto al «bad bank», este quedará en manos de los actuales accionistas, que corren el riesgo de ser duramente penalizados puesto que serán obligados a asumir las pérdidas, ha advertido, por su parte, el Ministerio de Finanzas.

Unos de estos accionistas, con el 14,6%, es el grupo francés Crédit agricole, que deberá revelar la amplitud de sus pérdidas el martes en la presentación de sus cuentas.

De acuerdo a las nuevas reglas europeas, en lo sucesivo los accionistas y acreedores no prioritarios deberán desembolsar dinero en una primera instancia anterior a que el banco en cuestión pueda solicitar una ayuda del Estado. Éste es el motivo del pánico de los accionistas del BES, que vendieron masivamente sus acciones en Bolsa, precipitándolas a su nivel más bajo histórico.

Una vez separados de los malos créditos, los activos sin riesgos tendrán más oportunidades de atraer a los inversores privados, en particular a bancos extranjeros, y así ulteriormente volver a cotizar en Bolsa.