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Barcelona

Jordi Pujol arremente contra los diputados y se niega a responder a sus preguntas

El expresident Jordi Pujol ha sorprendido a propios y extraños con una dura ré plica a los partidos políticos durante su comparecencia en el Parlament, en la que debía explicar los detalles de los fondos defraudados a Hacienda durante más de tres décadas en Andorra. Lejos de aclarar el caso y responder a las preguntas de los diputados, el expresident ha elevado el tono y les ha reprendido por sus supuestas «mentiras».

El expresident Jordi Pujol durante la comparecencia en el Parlament. (Lluís GENÉ/AFP)
El expresident Jordi Pujol durante la comparecencia en el Parlament. (Lluís GENÉ/AFP)

La comparecencia del expresident Jordi Pujol en la comisión de Asuntos Institucionales del Parlament ha comenzado como se esperaba, con el expresident hablando media hora de la relación con su padre y reforzando la tesis de la herencia familiar como origen de la fortuna evadida al fisco durante más de 30 años en Andorra. En su primer discurso, Pujol no ha aportado ninguna nueva información sobre el caso.

El turno de los partidos también ha seguido el curso previsto, con cada formación situando su discurso allá donde se esperaba. En general, todos los partidos menos CiU -que no ha formulado ni una sola pregunta- han centrado sus cuestiones en intentar aclarar el origen de la fortuna escondida en Andorra, ante la sospecha de que ésta no se justifica con la herencia familiar. También le han preguntado sobre por qué decidió realizar la confesión el pasado mes de marzo y qué conocimiento tenía sobre los negocios de sus hijos.

El tono empleado por cada partido, sin embargo, ha variado mucho. La primera, con formas suaves y algo benevolente, ha sido la diputada de ERC Gemma Calvet, a la que le ha seguido el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, también con guante de seda pero con preguntas algo más afiladas. «¿Puede desmentir categóricamente la utilización de mecanismos de fraude fiscal y evasión de capitales para esconder negocios al amparo de la Generalitat?», le ha preguntado.

La líder del PP, Alicia Sánchez-Camacho, que a lo largo de esta legislatura se ha negado a comparecer en el Parlament por el caso Camarga, ha sido la encargada de elevar el tono contra Pujol y vincular, de todas las maneras posibles e imposibles, el caso de fraude fiscal del expresident con el proceso soberanista: «No es casualidad que mañana Mas firme un decreto para tapar el efecto de su comparecencia».

El líder de ICV-EUiA, Joan Herrera, ha recuperado el tono tranquilo para exigirle a Pujol que «tire de la manta» y le ha preguntado sobre casos concretos. Como cabía esperar, el líder de Ciutadans, Albert Rivera, ha vuelto a la senda trazada por Sánchez-Camacho y ha afirmado que «no se trata del caso Pujol, sino del caso Convergència».

Por último, antes de que el portavoz de CiU en el Parlament, Jordi Turull, se dedicase a arremeter contra PP y Ciutadans, el diputado de la CUP David Fernández ha realizado un contundente discurso plagado de preguntas y comentarios más allá del caso concreto de Pujol. «El oasis (catalán) era una cuadra con colonia», ha asegurado Fernández, quien ha recordado que «la oligarquía catalana siempre ha sido oligarquía española» y ha concluido señalando que Pujol «no tiene asiento reservado en el viaje a Ítaca», en referencia al proceso independentista.

La bronca de Pujol

La sorpresa ha llegado en el turno de réplica de Pujol. No se esperaba que contestase detalladamente a las preguntas de los partidos, pero tampoco que, con una actitud altiva y arrogante, reprendiese a los diputados presentes por las preguntas realizadas. El expresident ha arremetido sobre todo contra las intervenciones del PP y Ciutadans, asegurando, visiblemente enfadado que «el país no era ni es un desastre y CiU tampoco, si todo hubiese sido tan corrupto no estaríamos aquí».

La bronca le ha servido a Pujol, además, para no contestar ni una sola de las numerosas preguntas formuladas por los partidos, lo que ha llevado a los diputados de la CUP a abandonar la sala, mientras el expresident, en contra de la evidencia de su comparecencia, aseguraba: «He informado de todo, incluso de lo que no me pedían. Me he desnudado ante la opinión pública».