A. AGIRREZABAL

Gran Bretaña se asoma a un Gobierno de amplia minoría

A menos de una semana para las elecciones, todo apunta a un escenario desconocido hasta la fecha. La igualdad entre laboristas y conservadores, sumada al dominio abrumador del SNP en Escocia, plantean la posibilidad de un Gobierno en minoría dirigiendo Londres.

El próximo jueves, 7 de mayo, Gran Bretaña y el norte de Irlanda están llamados a las urnas para conformar el nuevo Gobierno de Westminster. El Ejecutivo estará liderado por conservadores o laboristas. Sin embargo, el cambio llega por abajo, ya que se prevé el SNP se convertirá en la tercera fuerza y, muy probablemente, en indispensable muleta laborista si estos desean llegar a gobernar.

Y es precisamente el SNP el que va a dar el mayor golpe a los laboristas, ya que todo parece indicar que se harán con la mayoría de los 59 asientos que se escogen en Escocia. De hecho, una encuesta encargada por STV a Ipsos-Mori proyectó el pasado miércoles que los nacionalistas podrían conseguir el 100% de los escaños que se reparten al norte de la isla.

La encuesta otorgó el 54% del voto al SNP, mientras que los laboristas se quedarían con un 20%. Le seguirían los conservadores con el 17%, mientras que los liberal-demócratas sumarían el 5%, los verdes el 2% y UKIP el 1%. A su vez, la proyección de esta encuesta en la web política “Electoral Calculus”, pintaba con el amarillo del SNP los 59 distritos electorales. Otras webs señalaban que laboristas y liberal-demócratas podrían luchar por un escaño.

El sistema electoral británico de sufragio directo tiene mucho peso en el dibujo final de la Cámara londinense y los candidatos nacionalistas podrían imponerse en los 59 distritos, según esa proyección. Sin embargo, mientras todo apunta a que se harán con muchos (o todos) los bastiones tradicionales laboristas, parece complicado que los representantes del SNP se impongan en lugares donde los liberal-demócratas han sido más fuertes, como son en las islas del norte. El nacionalismo y las posturas socialdemócratas también han reforzado sus posiciones aquí, pero parece difícil que lleguen a imponerse.

Y es que la cocina también juega su papel en las encuestas británicas, así como el voto oculto a las fuerzas conservadoras. Durante el referéndum, los sondeos se utilizaron para activar al votante unionista y, de nuevo, los mejores augurios se repiten en el caso del SNP a escasas fechas de las elecciones. Los resultados podrían ser los mejores de la historia para la formación liderada por Sturgeon, pero después de estos sondeos, todo lo que no sea superar los cincuenta escaños será vendido por la prensa unionista como un pequeño fracaso nacionalista. Incluso los laboristas, si se acercan a los diez asientos escoceses, habrán aprobado el desafío.

Los tories, por su lado, han puesto en marcha la segunda parte de su «proyecto miedo», con un «que vienen los escoceses». Así, han basado su campaña en que un Gobierno laborista actuaría como títere del nacionalismo escocés. A su vez, el laborismo ha rechazado la posibilidad de pactar con el SNP «debido a su proyecto nacionalista» y ha defendido que votar a la formación de Sturgeon supone mantener el Gobierno conservador: «Vota SNP, ten Tory», afirma su campaña.

¿Más pandas que laboristas?

Hoy en día, los nacionalistas escoceses cuentan solo con seis escaños, mientras que los laboristas tienen 41 y podrían no sumar ninguno más. No obstante, el proceso independentista al norte de la isla ha dado un impulso a la formación escocesa, mientras que los laboristas están pagando haberse situado al lado de conservadores en el unionismo y el apoyo a ciertos recortes sociales puestos en marcha por el Gobierno tory.

Los conservadores podrían perder el único miembro del Parlamento escogido en tierras caledonias, por lo que la popular frase que en este territorio afirma que «hay más osos panda (hay dos en el zoo de Edimburgo) en Escocia que parlamentarios conservadores» tomará más fuerza si cabe e incluso podría llegar a aplicarse a todos los partidos.

Es complicado que estos números se cumplan, pero aún así, esta encuesta presenta un panorama del mapa político scottish que habría sido irreconocible hace apenas unos meses. El SNP sumó casi la mitad de los votos en una contundente victoria en las elecciones a Holyrood en 2011, pero los precedentes sugieren que gran parte de ese voto vuelve al laborismo en las elecciones generales de Gran Bretaña y el norte de Irlanda.

Sin embargo, eso no parece que pueda repetirse y la desilusión instalada en torno al laborismo parece ser la característica definitoria de estas elecciones. Entonces, ¿qué está pasando? ¿Es esto una señal de que la opinión pública escocesa ha ido más allá del 18 de setiembre y ahora está a favor de la independencia? ¿O se trata de un crecimiento de afinidad con la imagen y el mensaje de los nacionalistas, más allá del apoyo a la plena soberanía?

Todo ello deja un panorama incierto en la isla, con la posibilidad de que un Gobierno en minoría deba tomar las riendas. El diario ‘‘The Guardian’’ está recopilando las encuestas y en su proyección otorga 276 escaños al Partido Conservador, 267 al Partido Laborista, 55 al SNP, 27 al Partido Liberal-Demócrata, 3 a UKIP, 1 a los Verdes y 21 a otras formaciones. Se necesitan 326 para sumar mayoría y las coaliciones que dan esta suma parecen poco probables.

De esta forma, la pérdida de diputados laboristas en Escocia podría permitir a los conservadores colar de nuevo a David Cameron en el poder, si resulta ser el líder del partido con mayor número de votos. Sin embargo, no parece que pudiera alcanzar la mayoría ni con el apoyo del Partido Demócrata-Liberal, UKIP y DUP (Partido Unionista Democrático).

En este sentido, Sturgeon ha apuntado que «en lugar de abrazar la elección multipartidista de la necesidad pública, los laboristas y los conservadores se aferran a la idea de que tienen derecho a una mayoría en Westminster». Asimismo, ha subrayado que «se trata de la elección de la gente, y los votantes no parecen confiar en cualquiera de las partes con una mayoría».

Empate entre tories y laboristas

Tal es la igualdad que el Partido Conservador está empatado con el opositor Partido Laborista, según un sondeo de Populus a menos de una semana de las elecciones.

La encuesta sitúa a los conservadores, sin cambios, con el 33% de la intención de voto mientras que los laboristas ceden tres puntos hasta situarse en el mismo porcentaje.

Los sondeos dan un resultado muy ajustado entre conservadores y laboristas y aunque algunas encuestas en los últimos días parecen apuntar a que los tories estarían consolidando una cierta ventaja, otros muestran a los laboristas de Ed Miliband en cabeza.

Así, puede ser esencial para dónde se decante la balanza, ya que los pactos post-electorales se antojan más que complicados.