
En un comunicado, GHK ha indicado que el ingeniero industrial y director general del Consorcio, Antton Lete, ha expuesto en el citado foro las bases del proyecto –para el que Lakua exigió nuevas autorizaciones ambientales, lo que retrasa el proceso–, que pasan por «garantizar la máxima recuperación material de los residuos no separados en origen y la inertización de la última fracción no reciclable, antes de llevarla a un depósito habilitado para tal fin en una zona degradada, junto a un proyecto de recuperación de la misma».
Desde GHK han señalado que también dio cuenta en Hannover el «sobredimensionamiento» de la planta incineradora, que «hubiera requerido importar residuos de fuera de Gipuzkoa para poder mantener su viabilidad».
Por otro lado, desde GHK también expusieron su «solución» para la última fracción no reciclable que pasa por «la recuperación de una zona degradada, como puede ser la cantera abandona de Osinbeltz en Zestoa, que con una debida impermeabilización puede acoger la recepción de esa materia inertizada, que por su composición no crea problemas medioambientales, ni olores o lixiviados».
En este sentido, ha apuntado que ese área, «al cabo de 15 años de operatividad», se puede transformar en «un lugar de esparcimiento para la localidad, mediante un proyecto de recuperación del más alto nivel, como lo garantizaría la participación del arquitecto medioambiental y paisajista Peter Fink».
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