@albertopradilla
Iruñea
Entrevista
Edurne Eguino
Candidata de Izquierda-Ezkerra a la alcaldía de Iruñea

«Es posible formar Gobierno entre tres o cuatro grupos y sin el PSN, que hasta ahora nos ha fallado»

Concejala de I-E en el Ayuntamiento de Iruñea, Edurne Eguino repite como cabeza de lista de la coalición entre Izquierda Unida y Batzarre. Reivindica un Gobierno municipal alternativo a UPN sin el concurso de PSN y reconoce que en el ámbito municipal hay más conexión programática con las formaciones que sustentarían ese pacto: EH Bildu, Geroa Bai y Aranzadi. 

Edurne Eguino, candidata de Izquierda-Ezkerra al Ayuntamiento de Iruñea (Iñigo URIZ / ARGAZKI PRESS)
Edurne Eguino, candidata de Izquierda-Ezkerra al Ayuntamiento de Iruñea (Iñigo URIZ / ARGAZKI PRESS)

Los debates electorales han dejado claros dos bloques. Por una parte, el del continuismo, con Enrique Maya, actual alcalde, Maite Esporrín (PSN) y Pablo Zalba (PP). Por el otro, una opción de cambio entre EH Bildu, Geroa Bai e Izquierda-Ezkerra, a la espera del resultado de Aranzadi. ¿Hay posibilidad por fin de organizar un bloque para cambiar el Ayuntamiento de Iruñea?

Se ha visto estos cuatro años en el trabajo desde la oposición. Han sido cuatro años perdidos, frustrados por la imposibilidad de que el PSN diera una moción de censura cuando rompió el Gobierno de Navarra y que pudiéramos tener la alcaldía. Hemos ido hacia atrás. Por eso ha habido una confluencia cada vez mayor en todas las mociones que hemos presentado en el Ayuntamiento, en todo lo que hemos podido sacar de bueno, como la recuperación de las escuelas infantiles para la gestión directa, la paralización de Donapea o del colegio segregado por sexos en el seminario... Cosas que han sido importantes para la ciudad las hemos tenido que hacer juntándonos incluso con el PSN. Creo que existe la oportunidad de que el cambio se produzca incluso sin el PSN, que hasta ahora nos ha fallado.

Geroa Bai dice que no quiere «líneas rojas» mientras que EH Bildu ya ha dejado claro que no se puede articular el cambio con una de las patas del régimen. ¿Cómo lo ve?

El PSN nos ha fallado muchas veces. La foto en el Gobierno de Navarra, en el Parlamento y en el Ayuntamiento no es la misma. Me agarro a que en el Ayuntamiento podamos ser capaces entre tres o cuatro grupos municipales de formar gobierno sin el PSN.  Con ellos, si hubiese alguna posibilidad de acuerdo sería firmado con taquígrafos y con notario porque nos ha fallado muchas veces.

¿Por qué cree que en Iruñea hay más opciones que en el Parlamento foral?

La intención de voto está ahí. El PSN tiene un voto muy fiel y muy fijo a nivel de Navarra que le impide perder tanto voto como pierde en Pamplona, donde está bajo mínimos. Eso es en beneficio de los que estamos más a la izquierda.

Es obvio que el cambio deberá ser plural pero, en su opinión, ¿a quién le toca liderarlo?

Yo he sido muy provocadora con el Ayuntamiento sin alcalde. Lo creo firmemente. Creo que no es cuestión de pegarnos a ver quién tiene cien o mil votos más para la figura. Con la Ley de Grandes Ciudades, el alcalde tiene muy poquitas competencias. Las competencias son de la Junta de Gobierno Local. Y llevamos 16 años con 9 concejales de UPN, que hacen y deshacen lo que quieren y nosotros nos enteramos después. Esa junta tiene que estar abierta a todos los partidos, no hagamos lo que nos han hecho de no informar sobre lo que vamos a hacer. A su vez el Gobierno tiene que ser un equipo sólido, sin fisuras, capaz de ponerse de acuerdo con un programa y que en el día a día debata y consensúe. Que no importe tanto quién esté a la cabeza. Yo he planteado incluso que pueda ser rotatorio. Izquierda-Ezkerra es la más consciente de que ningún proyecto político se va a imponer nunca en una sociedad tan plural como la nuestra. Es una sociedad plural y toca aprender a respetarnos, convivir y trabajar codo a codo por el bien de la ciudadanía y de las personas. En un Ayuntamiento el 80% de las cosas deberíamos hacerlas de común acuerdo entre todos. Incluso entre la derecha.

Ustedes lanzaron el guante a Podemos, que se presenta apoyando a Aranzadi, pero al final no fue posible una candidatura «de confluencia» como en otros lugares del Estado. ¿Cómo se desarrolló ese proceso? ¿Cree que perjudica?

No ha podido ser por las líneas rojas que nos han marcado. Incluso a mí me ofrecieron ser candidata suya en muchas ocasiones. Pero trataba de explicarles que el trabajo de Ayuntamiento de una concejala única se desarrolla porque tengo un equipo de más de 30 personas que vienen de asociaciones vecinales, expertos en medioambiente, en cultura... Cuando me ofrecieron me decían que solo me querían a mi, que solo querían personas. No entiendo por qué toman el nombre de Barcelona en Comú cuando allí son los que han ido criticando que ha sido una sopa de siglas. Estamos en Barcelona en Comú a través de ICV, estamos en Zaragoza en Común, estamos en Valencia en Común, ¿por qué no estamos aquí? Ellos reconocen que han puesto una línea roja: los partidos no. Yo no puedo ser infiel a las personas con las que llevo trabajando 15 años desde que estaba en el movimiento vecinal. Tenemos que ir todos en conjunto. Si vamos a mejor como sociedad nuestro espacio, el que ocupa Izquierda-Ezkerra y el que ocupa Podemos tiene que crecer. Porque estamos entre dos extremos que se dedican a fomentar la fractura social. Ahí tenemos que crecer quienes estamos por reconocer que esta sociedad es plural, que todo el mundo tenemos los mismos derechos, respetarnos y hacer una sociedad que viva en paz en común.

Hay consenso en que la gestión de UPN al frente del Ayuntamiento ha sido desastrosa en términos democráticos y económicos. ¿Cómo se puede revertir la tendencia?

Cuando ha habido vacas gordas Yolanda Barcina se ha dedicado a gastar dinero a espuertas haciendo proyectos que se han llevado millones de euros y que luego son insostenibles o incluso tirados a la basura, como el Museo de los Sanfermines. Deja una deuda impresionante en el Ayuntamiento. Hay que ser honestos: estamos a las puertas del cambio, podemos conseguirlo, llegaremos y gobernaremos de otra manera pero nos vamos a encontrar una deuda muy grande y esto no va a ser un milagro. Me parece que en vez de poner la mirada en las inversiones que no va a poder ser mucho, vamos a poner mirada en el gasto corriente. En las partidas que hay que buscar con lupa dónde se despifarra el dinero. Las farolas con tiestos de la plaza del Castillo obligaban a que dos personas regasen por las tardes, en horas extras, y costaba la friolera de 20.000 euros. Pero es el coste de una persona de empleo social todo el año. El alcalde va con cinco escoltas. A los concejales se nos invita a café cada vez que tenemos una reunión aquí. Hay cosas que parecen tontas pero que son todo un estatus, como el traje de los concejales. Luego está el tema de los altos cargos. Hay servicios en el Ayuntamiento en los que hay más jefes que indios: dos altos cargos que cobran más de 50.000 euros al año con un administrativo. Vamos a ahorrar ese dinero ahí y colocamos más trabajadores sociales, más equipos preventivos para trabajar con la infancia, organizar el Ayuntamiento quitando todas las áreas que están duplicadas... Necesitamos más concejales que escuchen y menos que manden y encima ordenen hacer informes para darles la razón.  

También se ha puesto énfasis en normalizar la situación del euskara, muy perseguido durante los años de Yolanda Barcina y Enrique Maya al frente del Consistorio.

Somos una ciudad bilingüe. Aunque hay que definir qué es bilingüe, porque UPN se ha dedicado a decir que bilingüe es castellano e inglés. No. Somos euskaldunes y castellanoparlantes. Hay que ver cuál es la oferta real y desarrollarla desde el respeto. Tampoco caigamos en la tentación de imponer lo contrario. Eso sería peligroso y un mal ejemplo.  

¿Cree que las dinámicas que se desarrollen en el Parlamento foral pueden condicionar los acuerdos a los que se lleguen en Iruñea? ¿Cómo condiciona?

Hay cosas que el Ayuntamiento no puede hacer. Garantizar que todos puedan llegar a final de mes pasa por cambiar la ley de Renta Básica, porque el Consistorio podría completar con ayudas pero lo básico tiene que venir de ahí. Que las escuelas infantiles sean accesibles a todo el mundo dependiendo de sus ingresos... La cuota mínima son 140 euros. Una mujer sola o pareja en paro no pueden llevar a sus hijos. Eso pasa porque el Gobierno de Navarra financie. Son muchas cosas.

¿Y en relación a los acuerdos políticos?

En el Ayuntamiento es posible un pacto sin el PSN, si se incorpora mejor, aunque su discurso es “votame a mi”. Si en el Gobierno de Navarra hace falta el concurso del PSN, aunque sea por una abstención... Todo pasa por lo mismo: ¿cuál es el programa? Esporrín era partidaria de la gestión pivada de las escuelas infantiles. El PSN nos ha fallado con cuestiones como la vivienda. Todo se hará con el programa encima de la mesa.