
Los proyectos de ley de defensa destinados a reforzar el papel militar de Japón en la escena internacional fueron aprobados ayer en el pleno de la Cámara Baja nipona, después de un encendido debate entre los diputados que reflejó la polémica que rodea los planes del primer ministro, Shinzo Abe.
Los partidos de oposición –el Partido Democrático, el Partido Comunista y otras tres formaciones– boicotearon la votación y abandonaron el hemiciclo, por lo que los textos fueron aprobados con los votos del partido de Abe, el Partido Liberal Demócrata y sus socios budistas de Nuevo Komeito.
Esta reinterpretación de la Constitución, que haría posible el envío al exterior de las Fuerzas de Autodefensa –nombre oficial del Ejército– para ayudar a sus aliados, en primer lugar a Estados Unidos, ha encontrado una gran oposición en el país.
«El contexto de seguridad en el que se encuentra Japón es cada vez más difícil», señaló el jefe de Gobierno después de la aprobación. «Estas leyes son necesarias para proteger la vida de los japoneses y prevenir una guerra antes de que estalle», añadió.
Los proyectos de ley, que ponen fin a una política de no intervencionismo militar de siete décadas, deben ahora pasar por el Senado, donde serán debatidos en un plazo de 30 días. La coalición gubernamental también tiene allí la mayoría suficiente para sacarlos adelante.
«La aprobación forzada de estas leyes dejaría una mancha sobre la democracia tras la guerra en Japón. Os pido con rotundidad anular esta votación y retirar los proyectos de ley, que son anticonstitucionales», declaró el líder opositor, Katsuya Okada. Recordó que «el 80% de los ciudadanos estima que las explicaciones que se han dado son insuficientes, mientras la mitad del país considera la reforma inconstitucional».
La reforma, proyecto personal de Abe, llega tras una polémica reinterpretación el año pasado de la Constitución, cuyo artículo 9 impedía al país el recurso al uso de la fuerza para resolver conflictos internacionales.
Ahora Tokio podrá participar en operaciones de la ONU, enviar sus tropas a zonas de conflicto y ampliar el apoyo a misiones en el extranjero.
Además del malestar en países como Corea del Sur y China, la mayoría de la población se opone al proyecto, un rechazo que ha ido creciendo en los últimos meses.
China cree que es preocupante para los vecinos de Japón
«Es legítimo dudar de si Japón va a abandonar la política orientada estrictamente a la defensa y el camino del desarrollo pacífico», dijo la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hua Chunying. Tras la aprobación de la reforma que fortalece el Ejército nipón, China instó a Japón a que no abandone su política de los últimos 70 años. Se trata de «un movimiento sin precedentes por parte de Japón desde el final de la II Guerra Mundial, que puede conducir a cambios de gran alcance en las Fuerzas Armadas y la política» de Tokio, añadió la portavoz. «Pedimos a Japón que saque lecciones de la Historia, permanezca en la vía del desarrollo pacífico, respete las preocupaciones de seguridad de sus vecinos asiáticos y se abstenga de amenazar la soberanía de China», exhortó Hua. Además, la agencia de noticias oficial china estimó que la reforma acerca a Japón y a sus vecinos a un «escenario de pesadilla». «Para los países que han sido víctimas de la agresión de Japón, supone un escalofrío por la espalda», añadió.GARA
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