Txisko FERNÁNDEZ
DONOSTIA

El PS deja vía libre a la derecha para mitigar el ascenso al poder del FN

El complejo sistema de «entre turnos» abre un amplio abanico de cara a la segunda vuelta de las elecciones regionales en el Estado francés. Las posiciones más relevantes son las que han tomado unos y otros respecto a la extrema derecha. En resumen, en cinco de las seis regiones con liderazgo del FN, el PS llama a votar a las listas de la derecha.

El Frente Nacional tendrá difícil mantenerse en cabeza el próximo domingo en las seis regiones en las que ha sido la fuerza más votada en la primera vuelta. En cinco de esas circunscripciones, el Partido Socialista llamará a votar a las listas de la coalición entre la derecha de Los Republicanos (la antigua UMP) y los centristas de UDI y Modem. El partido de Nicolas Sarkozy no hará lo propio en la región en la que el PS quedó como segunda fuerza tras el FN (Midi-Pirineos-Languedoc-Roselló), por lo que en ésta la extrema derecha tiene más bazas para repetir la victoria en las urnas.

La ejecutiva de Los Republicanos adoptó la propuesta lanzada por Sarkozy la noche anterior. Solo 2 de los 67 dirigentes reunidos ayer apoyaron la retirada de la lista en la macrorregión del sur, pero cabe destacar que una de ellas fue la «número dos» del partido, Nathalie Kosciusko-Morizet.

En un comunicado, la dirección política de LR informó de su decisión de excluir «cualquier retirada, cualquier fusión, cualquier acuerdo que pueda dar la impresión a los franceses de que queremos confiscar su elección por medio de arreglos tácticos hechos a sus espaldas».

Por lo tanto, habrá listas de la derecha y los centristas en las doce regiones del Hexágono.

Cambiando las tornas

La dirección del Partido Socialista, por su parte, cumplió su promesa de alzar un «barrage republicain» –la suma de izquierda, centro y derecha– en todas las regiones en las que la extrema derecha parte en cabeza. Pese a ello, habrá triangular en el Gran Este (Alsacia-Lorena-Champaña-Ardenas) porque el cabeza de lista socialista, Jean-Pierre Masserets, no dio su brazo a torcer en el pulso mantenido ayer con Solférino (la sede central del PS).

Ante la prensa, Masserets, que fue respaldado por la mayoría de los cabezas de lista departamentales, explicó su «muy difícil» decisión señalando que «evitar» al FN «no es una estrategia que tenga éxito». «En lugar de retirarse, hace falta enfrentarse. Es la confrontación la que hará recular a este partido [el FN]. Ahora, seré acusado de todos los males de la tierra, pero soy fiel a mis compromisos. Estamos aquí, en pie, determinados a librar el combate», indicó.

El resultado es que en el Gran Este habrá una triangular pero sin lista oficial del PS, lo que no fue bien recibido por el candidato de Los Republicanos, Philipe Richert, quien, obviando el mensaje de Sarkozy en sentido inverso, indicó que «si el PS no se retira, favorece al FN». Descartó la fusión con la candidatura de Masserets insistiendo en que la suya es «la única lista que puede hacer el barrage ante el Frente Nacional en esta región» y recordando que «más de un 60% de los electores no han votado al FN».

Con distinta perspectiva, destacados electos socialistas del Gran Este también se posicionaron por esa solución. Entre otros, lo hizo el alcalde de Estrasburgo, Roland Ries, quien apeló a «la retirada de la lista socialista y al voto contra el Frente Nacional como una forma de levantar el muro republicano» frente a la extrema derecha.

También otras fuerzas de izquierda han llamado a «obstaculizar» el ascenso del FN hacia el poder en los consejos regionales, como es el caso de ecologistas y comunistas en la región Nord-Picardía, donde la cabeza de lista de la extrema derecha es la propia Marine Le Pen. Precisamente, esta calificó de desleal y antidemocrática la decisión del PS de retirar sus listas donde no tiene opción de ganar para impedir la victoria de la extrema derecha y afirmó que su partido «es el único frente verdaderamente republicano». Instó a «todos los patriotas franceses» a sumarse al FN en la segunda vuelta para luchar contra la inmigración, los grandes grupos financieros y las élites políticas.