Agustín GOIKOETXEA

Agujeros negros en el plan ciclable del que la Diputación vizcaina alardea

Doce años después de que la Diputación vizcaina aprobase su Plan Director Ciclable (PDC) para promover las vías ciclistas, el Gobierno foral hace una evaluación complaciente mientras oposición y usuarios sitúan la ejecución de la red de bidegorris tan solo en el 28%.

La red de bidegorris construida en Bizkaia ha crecido de los 54,5 kilómetros que existían en 2003 a los 299 km aunque no se ha logrado todavía llegar al objetivo que se fijó hace doce años de 364 km, estando en «distintas fases de desarrollo otros 80 km». A final de 2014, según el último balance ofrecido por la Diputación sobre el Plan Director Ciclable (PDC), son diez los ejes trazados –al sumarse Lea-Artibai a los nueve iniciales– y la red planificada por los distintos ayuntamientos llega a los 827 kilómetros. Organizaciones ecologistas y oposición cifran en un 28% la ejecución real del Plan.

El Gobierno foral destaca que la malla ciclista planificada alcanza ya a 83 de los 112 municipios de Bizkaia, de los cuales, además, 51 de ellos tienen redactados planes municipales específicos sobre bidegorris. Lo que ya está previsto es que al Plan Director le tome el relevo un Plan Territorial Sectorial de Vías Ciclistas, tal y como se recogió hace año y medio en una norma foral. La inversión, según el Departamento de Desarrollo Económico y Territorial, ha rondado en estos doce años los 67 millones de euros.

Dudan de que sea una prioridad

EH Bildu estima que entre las prioridades de los sucesivos gobiernos forales no ha estado el ejecutar un mallado por todas las comarcas vizcainas, pues es notorio las deficiencias, algunas reconocidas por la propia Diputación. Los usuarios se quejan de tramos de carretera por los que, especialmente, los fines de semana transitan muchos aficionados a la bicicleta sin ningun tipo de protección o espacio reservado, o los carriles que se cortan para dar prioridad a los vehículos de motor. Ahí están, por ejemplo, las proposiciones refrendadas por unanimidad en las Juntas Generales en las que se viene pidiendo repetidamente que se negocie con la Autoridad Portuaria para habilitar un bidegorri en la parte interior de la carretera que une Bilbo con Getxo por la Ría.

Una enmienda en ese sentido ha sido presentada por la coalición al proyecto de presupuestos para 2016. Esa iniciativa soberanista tiene su origen en las aportaciones de ciudadanos y organizaciones han hecho a las cuentas. Otra alegación propone convertor la Vía Vieja de Lezama en vía verde. Este proyecto que ya constaba en el PDC de 2003 ya dispone de un estudio de viabilidad y su presupuesto, por lo que se solicitó que se incluyera en el presupuesto del próximo año.

Este proyecto –defienden sus impulsores entre ellos el colectivo Biziz Bizi– tiene un gran valor histórico y cultural pues a través de él se recuperaría uno de los primeros trazados ferroviarios de Bizkaia, para usarlo como vía peatonal y ciclista que una el Botxo y Txorierri, «facilitando el transporte hacia los lugares de trabajo y/o estudio entre los dos valles y la salida por un entorno natural de excepcional belleza hacia carreteras más seguras para miles de ciclistas». Además, desde un punto de vista más turístico, se vincula este proyecto con el Camino de Santiago y con el Anillo Verde de Bilbo.

EH Bildu también pide al Ejecutivo de Unai Rementeria que habilite una partida presupuestaria para que se redacte el Plan Territorial Sectorial de Vías Ciclistas. Otros proyectos de bidegorris que habría que priorizar, en opinión de los usuarios, son un ramal de Usansolo a Basauri, de Zorrotza a Burtzeña, de Burtzeña a Kastrexana, en la variante de Bermeo y en Ugao. En una comparecencia en octubre ante la Cámara vizcaina, el diputado Imanol Pradales reconoció que, pese al balance positivo que efectúan, «falta mucho por hacer para que la bicicleta sea un vehículo más de transporte en nuestras ciudades y pueblos de Bizkaia, pero creemos –apostilló– que tenemos las bases para ir avanzando ahora más rápidamente». El responsable foral negó que sea un problema de planificación, sino de ejecución.