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MADRID

Rajoy propone presidir un gobierno amplio por la «unidad nacional»

Mariano Rajoy planteó ayer un gobierno de amplio apoyo parlamentario e incluso «de amplio espectro», conformado entre quienes defienden «la unidad de España, la soberanía nacional y la igualdad de los españoles» y que, claro está, quedaría presidido por él mismo. El PSOE salió al paso rechazando pactar con el PP «por ser parte del pasado».

Seguir al frente del Gobierno español, esa es la voluntad principal de Mariano Rajoy. Y para ello se presenta a sí mismo como garantía de confianza y estabilidad de cara al exterior, y como portavoz de una mayoría que, desde distintas siglas, coincide en priorizar «cuestiones fundamentales como la defensa de la unidad de España, la defensa de la soberanía nacional, la defensa de la igualdad de todos los españoles en derechos, deberes y obligaciones, el papel de España en la Unión Europea, la consolidación de la recuperación económica, del crecimiento económico y de la creación de empleo y la lucha contra el terrorismo».

Mariano Rajoy, presidente en funciones, compareció ayer en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, y después de una primera ronda de contactos en la que ha recibido en la Moncloa a Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera y ha llamado por teléfono al lehendakari Iñigo Urkullu.

Y su conclusión es que «la voluntad de los españoles sobre quién debe gobernar es clara». «Creemos que hay un mandato, y yo, cumpliendo con la obligación y con el encargo de los españoles, voy a intentar formar Gobierno», afirmó.

«De amplio apoyo»

El problema es que por «clara» que considere «la voluntad de los españoles», los apoyos políticos que tiene no le dan matemáticamente para gobernar. Por eso retomó Rajoy la manida fórmula de «o yo o el caos».

El presidente del PP sostuvo que «lo más razonable y, además, lo que más se ajusta a la voluntad mayoritaria del conjunto de los españoles es formar un gobierno de amplio apoyo parlamentario que sea capaz de gobernar, que pueda gobernar por tanto, que genere confianza dentro y fuera de España, y que proporcione estabilidad y certidumbre al conjunto de los agentes económicos y sociales, a los inversores españoles y extranjeros y, en general, al conjunto de nuestros compatriotas».

Es evidente que Mariano Rajoy se está refiriendo a una gran coalición entre PP, PSOE y Ciudadanos, aunque sin querer todavía mencionar siglas ni entrar a detallar cuáles podrían ser las bases de ese acuerdo, más allá de la defensa de la «unidad y soberanía nacional» y la «igualdad entre españoles».

A cambio, el presidente en funciones abrió la puerta a acometer «las reformas que necesita España», aunque tampoco las concretó. También está sobre la mesa la posibilidad de que haya ministros de varios partidos. Rajoy se limitó a responder que «esos ya son los detalles, habría que hablarlo».

Rechazo del PSOE

La propuesta se encontró de inmediato con el rechazo del PSOE. Su secretario de Organización, César Luena, insistió en que votarán en contra de la investidura del candidato del PP y añadió que Mariano Rajoy debe «asumir que ya empieza a formar parte del pasado» y representa «inmovilismo, imposición y desigualdad».

«Somos bastante claros. El no del PSOE es un no a Rajoy y al PP. Votaremos que no por el bien de España», declaró Luena. A ello añadió que su partido está para forjar «grandes acuerdos y transformaciones» en ámbitos como la economía, la educación o la reforma constitucional, y «no está para lo que ofrece» el líder del PP..

Llamada a Urkullu

Por otra parte, ayer trascendió que la noche de lunes, tras la ronda de contactos en la Moncloa, Mariano Rajoy telefoneó al lehendakari, Iñigo Urkullu, para informarle de las conversaciones mantenidas. Según fuentes de Lehendakaritza, se trató de una llamada «de cortesía», que duró unos diez minutos, y en la que el mandatario vasco le recomendó al presidente en funciones que hable con Andoni Ortuzar, como presidente del EBB.

Rajoy confirmó la llamada al lehendakari y anunció que hablará también con el PNV y con otros partidos, pero no con CDC. «Lógicamente –afirmó– es muy complicado» dialogar con partidos que «lo que quieren es la ruptura de España». Da la impresión de que Moncloa quiere enfatizar con sus llamadas telefónicas (ya lo hizo tras los atentados de París) la diferencia entre Urkullu y Mas.

 

El PSOE intentará presidir el Congreso de los Diputados

El PSOE quiere presidir la Mesa del Congreso de los Diputados, y para ello ha comenzado a mantener encuentros con otros grupos. Pero Mariano Rajoy ya ha dejado claro que la pretensión, con 90 escaños de 350, no le parece razonable. Y recordó que desde 1977 la Cámara la preside el partido más votado.

Sin embargo, eso es precisamente lo que quieren evitar otras fuerzas. La Mesa tiene gran importancia, puesto que es la que gobierna el Congreso casi a su entera libertad. El todavía presidente, Jesús Posada, recordaba ayer que de la Mesa depende precisamente la posibilidad de que Podemos cuente con un grupo mientras que En Comú Podem, En Marea y Compromís-Podemos tengan además los suyos propios.

También IU, con apenas dos diputados, está buscando fórmulas de acuerdos con otros grupos o de préstamos para poder formar grupo propio. La formación de Alberto Garzón no quiere diluirse en el Grupo Mixto, donde además de con EH Bildu (2) y Coalición Canaria (1), se encontraría con UPN (2) y Foro Asturias (1).

Junto a ellos podría sentarse el diputado-comisionista Pedro Gómez de la Serna, elegido en la lista del PP de Segovia, a quien su partido ha expedientado y negado cautelarmente el acceso al grupo.GARA