GARA
BERLÍN

Merkel resiste a duras penas la presión mientras apela a Europa

La canciller alemana, Angela Merkel, sigue resistiendo la presión de quienes le instan a cambiar su estrategia ante la crisis de los refugiados y limitar la llegada de solicitantes de asilo, al tiempo que apela a la solidaridad en la Unión Europea, que prepara una revisión de su plan de distribución de refugiados, y confía en la colaboración de Turquía.

Los socios bávaros de Angela Merkel, miembros de su gran coalición de Gobierno en Berlín, elevaron ayer la presión sobre la canciller alemana y reiteraron que acudirán a los tribunales si el Ejecutivo no sigue el camino de Austria y no fija un límite a la llegada de refugiados. Lejos de ceder, Merkel se mantiene inflexible y sigue convencida de se puede frenar el flujo migratorio y mantener la libre circulación de personas presionando para reforzar la protección de las fronteras exteriores de la Unión Europea y mejorar las condiciones de vida de los sirios en los campos de refugiados.

Durante toda la semana, la bávara CSU ha tratado en vano de persuadir a Merkel para que cambie su política con el argumento de que no habrá una solución a nivel europeo o internacional. Pero la canciller alemana insiste en apelar al «espíritu de solidaridad» de la UE, que aunque dividida prepara una revisión de las reglas de acogida de refugiados en busca de un reparto más justo al considerar que las actuales constituyen una carga desproporcionada para algunos países, lo que provoca una fuerte resistencia de algunos de sus miembros al actual plan de distribución de solicitantes de asilo. En marzo podría presentarse una iniciativa legislativa al respecto.

Además, Merkel, que espera resultados de la conferencia de donantes de Siria que se celebrará en Londres y de la cumbre de la UE prevista para el próximo mes, confía en fortalecer los vínculos con Turquía para lograr una mejora de las condiciones de vida en los campos de refugiados que frenen el éxodo hacia Europa. Con ese fin mantendrá hoy en Berlín una reunión con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, quien ayer instó a Bruselas a tomar «medidas concretas» y subrayó que «no es cuestión de dinero, sino un deber humanitario».

Limitaciones y pegas

Los estados comunitarios, mien&discHyphen;tras, siguen moviendo sus fichas. Eslovenia y Croacia anunciaron que solo dejarán entrar en su territorio a los refugiados que tengan intención de pedir asilo en Alemania y Austria. En Escandinavia, otro de los principales destinos de los refugiados, Suecia ha insistido en que la situación en el país es «insostenible», lo que le obligó a tomar reintroducir controles en la frontera con Alemania, y urgió a sus socios europeos a asumir su parte de responsabilidad.

Por su parte, Dinamarca, uno de los países europeos que más refugiados acoge en relación a su población, sigue adelante con su polémica reforma del derecho de asilo, que pretende legalizar la confiscación de los bienes a los solicitantes de asilo, recortar sus derechos sociales, y ampliar los plazos para la reunificación familiar y la concesión de permiso de residencia permanente. Los parlamentarios votarán la iniciativa el lunes.

Además, el Gobierno danés debe presentar en marzo una propuesta para trasladar a los refugiados a campamentos fuera de las ciudades, una táctica con la que el euroescéptico y antiinmigración DF espera que cambie el enfoque de la política migratoria hacia la repatriación en lugar de a la integración.

 

Mueren doce refugiados al volcar su embarcación en el Egeo

Al menos doce refugiados sirios e iraquíes murieron ayer ahogados, al volcar la barca en la que viajaban en el brazo de mar que separa las costas turcas de la isla griega de Lesbos. Unos pescadores vieron cadáveres en el agua y dieron aviso a la guardia costera de Turquía, que rescató con vida a 25 personas, entre ellas una mujer con hipotermia. También se recuperaron doce cadáveres, pero el número de muertos puede aumentar, dado que, de acuerdo con los supervivientes, alrededor de 50 personas viajaban en la embarcación. Los refugiados habían partido de una cala del municipio de Foça, 50 kilómetros al norte de Esmirna, separado de la isla griega de Lesbos por un brazo de mar de unos 32 kilómetros. Las costas de la provincia de Esmirna son uno de los escenarios más habituales de naufragios.GARA