
Así lo ha anunciado Sánchez en rueda de prensa en el Congreso después de que el presidente de la Cámara Baja, Patxi López, haya anunciado que el monarca le ha trasladado la propuesta del candidato del PSOE para someterse a la sesión de investidura.
«Anuncio de forma solemne que el Grupo Socialista y yo mismo vamos a asumir esa responsabilidad y vamos a intentar formar Gobierno», ha afirmado Pedro Sánchez antes de explicar que buscará apoyos «a la derecha y a la izquierda» –en alusión a Ciudadanos y Podemos–, pero siempre poniendo las políticas por delante de «los sillones».
«Antes de las alianzas vienen los proyectos, antes de los nombres vienen los programas, antes de con quién viene para qué», ha sostenido para indicar a continuación las cuatro prioridades a las que, a su juicio, se enfrenta el Estado español: la falta de oportunidades laborales, la desigualdad, la situación de Catalunya y la crisis de confianza de los ciudadanos en sus instituciones.
Sánchez ha enumerado las políticas que, a su juicio, son necesarias para responder a estos desafíos y se ha mostrado dispuesto a discutirlas con el resto de partidos, porque, ha dicho, el cambio que necesita el país no es tarea de un solo líder ni de un solo partido.
Se trata, ha dicho, de iniciar un «camino sereno, cargado de responsabilidad, de principios y de generosidad. El cambio, el progreso, las reformas, deben ser la base de ese entendimiento», ha remachado.
Con quien ha descartado ya que pueda a llegar a un pacto es con el PP, aunque, eso sí, ha explicado que aspira a sumar a este partido a la reforma de la Constitución. Sánchez ha insistido en que el partido de Mariano Rajoy tiene que pasar a la oposición para «regenerarse» y ha dejado claro que, aunque hablará con este partido, no entra en la formación de gobierno que está contemplando.
Ha sido muy duro con Rajoy por la «espantada» que ha dado después de las elecciones generales, renunciando a la tarea para la que le votaron siete millones de españoles, algo que ha atribuido a su «nula capacidad de acuerdo» y a su «aversión por el diálogo».
«Yo no soy Rajoy, yo voy en serio», ha remarcado Sánchez, para después asegurar que él ha dado «un paso al frente con todas las consecuencias» y va a «llegar hasta el final» porque está pensando en «el bien común».
Cuando se le ha preguntado si se ve gobernando con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, como vicepresidente y con miembros de este partido en el Consejo de Ministros, ha remachado que se ve «gobernando con aquellos que compartan» con él su objetivo de luchar contra el desempleo, poner fin a las amnistías fiscales o reformar la Constitución.
También ha insistido en que hablará con todos pero no buscará el apoyo de los independentistas para su investidura, aunque no ha aclarado qué hará si su abstención es imprescindible para que sea presidente.
Sánchez ha hecho hincapié además en que «nadie» puede dudar de que el PSOE «siempre» va a defender la integridad territorial del Estado español y el respeto a la Constitución, aunque ha recalcado que, para resolver la crisis catalana, «con la ley no basta» y «hace falta política» y diálogo.

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