Hoy se cumple la fecha límite impuesta por Bruselas para que el Gobierno español presentase su techo de gasto y su proyecto de presupuestos. Sin embargo, lo que recibirá la Comisión Europea son unas cuentas prorrogadas que el Ejecutivo que lidera Mariano Rajoy confía en modificar en el momento en el que tenga lugar la investidura, prevista para dentro de dos semanas si el PSOE cambia su posición del «no» a la abstención. En principio, las instituciones comunitarias habían amenazado con sanciones si no se incluían recortes por valor de 5.000 millones de euros –medio punto del PIB–, que Bruselas justifica por la desviación del déficit. Según Europa, este debería alcanzar el 3,1% para 2017. Sin embargo, el presupuesto remitido por la Moncloa lo eleva hasta el 3,6%. Al estar en funciones, el Gabinete de Rajoy no puede tramitar un proyecto de ley de cuentas, lo que le obliga a prorrogarlas y a esperar acontecimientos. Así lo explicó ayer la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría.

La urgencia por presentar los presupuestos antes del 15 de octubre había sido uno de los principales argumentos de PP y Ciudadanos para meter prisa con la investidura. Se llegó a afirmar que, en caso de no cumplir con la Comisión Europea, esta podría imponer una sanción de 6.000 millones de euros. Una multa que ya estuvo sobre la mesa en junio pero que, finalmente, los comisarios descartaron para no avivar el antieuropeísmo extendido en la Unión tras las políticas de austeridad contra los países del sur y, sobre todo, el Brexit.

En realidad, lo que remite ahora Madrid no es más que la prórroga de las cuentas de 2016. Estas fueron aprobadas en octubre de 2015 en una maniobra de Rajoy para aprovechar su mayoría absoluta y disponer de todo un ejercicio ya resuelto en previsión de un Congreso fragmentado. No obstante, no parece que estos números vayan a satisfacer a la Comisión Europea. Lo sabe el Gobierno del PP, que ya prevé que el futuro Ejecutivo, que podría ser investido el 30 de octubre, implemente los recortes que exige Bruselas y corrija los datos incluidos en el documento enviado ayer. Por ahora, Madrid evita dar pistas sobre cuáles serán las áreas a recortar después de cuatro años marcados por duros hachazos en cuestiones básicas como Salud o Educación.

Mensajes desde la comisión

Como se trata de unas cuentas prorrogadas, la estimación de crecimiento también se mantiene en el 2,6%. Será el próximo Ejecutivo el que tenga que afinar los números a través de un decreto que complete lo presupuestado y que luego sea refrendado en el Congreso. Esa será la primera batalla del nuevo Gabinete. Al mismo tiempo, Rajoy tendrá que lidiar con la respuesta europea, ya que estas cuentas no son lo que Bruselas exige.

En este punto hay discrepancias en Europa. Por un lado está el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, quien el lunes lanzó un discurso duro y advirtió que «espero que España mire con lupa esta vez las cifras del presupuesto». Por otro, Pierre Moscovici, en nombre de la Comisión, se ha mostrado más conciliador. Fuentes de la Comisión en Madrid mantienen la cautela y señalaron que «hay que esperar» para comprobar en detalle qué es lo que envía Madrid. En realidad, asumen que no conviene tirar de la cuerda, por lo que darán margen.

Una delegación del FMI inicia la evaluación

Los «hombres de negro» del Fondo Monetario Internacional (FMI) examinan desde el jueves en Madrid los indicadores macroeconómicos, la evolución de la economía y las reformas emprendidas para elaborar un informe conocido como Artículo IV, que se publicará a principios del diciembre.

La delegación, encabezada por Andrea Schaechter, mantendrá contactos sobre el terreno con además, contactos sobre el terreno con técnicos y con distintos agentes hasta el próximo día 25. En su informe, el equipo de técnicos del organismo internacional evaluará la situación y las «medidas adicionales» que considera que debe acometer el próximo Ejecutivo español

El anterior informe del Artículo IV del FMI sobre el Estado español se publicó a mediados de agosto del pasado año y ya entonces recomendaba más reformas estructurales para «mejorar la productividad».

Por lo general, el FMI suele enviar sus misiones para la primavera a comienzos de verano, pero en esta ocasión retrasó el envío a la espera de la formación de un gobierno para no tratar con unas autoridades interinas, pero por tratarse de un informe anual se le estaba acabando el plazo para completarlo este año. GARA