En un comunicado conjunto divulgado después de que ambos mantuvieran una conversación telefónica, se apunta a Al Asad como culpable de «la masacre con armas químicas del 4 de abril» en la población siria en Jan Shijún, donde murieron unas 80 personas, entre ellas muchos menores.
También se le responsabiliza de la reacción estadounidense. «Su reiterado uso de armas químicas y sus crímenes contra su propio pueblo exigen sanciones, como Francia y Alemania desde el verano de 2013, tras la masacre de Ghuta, han exigido», suscriben ambos líderes.
Los dos líderes muestran su disposición a «proseguir con sus esfuerzos» con sus socios y «en el marco de la ONU» para que el presidente sirio «asuma su responsabilidad por sus actos criminales».