Iñaki IRIGOIEN
dublín
Entrevista
LÁDIO VERÓN
LÍDER INDÍGENA BRASILEñO

«Queremos que se cumpla la ley y nos devuelvan nuestras tierras»

Ládio Verón, líder de la comunidad takuara y de Aty Guaçu –asamblea general del grupo indígena brasileño guaraní-kaiowá– está recorriendo Europa siguiendo los pasos de su padre, que hizo un viaje muy similar de varios meses poco antes de que le mataran en enero de 2003.

La muerte de Marcos Verón, padre de Ládio, no fue un hecho aislado ya que son casi 400 los indígenas brasileños muertos por defender sus derechos desde 2003. Con su gira de más de tres meses en los que está recorriendo numerosos países europeos, Verón trata de recabar apoyos para su denuncia contra el exterminio que sufre su pueblo por parte del Estado brasileño y de los grandes negocios agrarios que ocupan sus tierras.

¿Qué le trae a Europa?

He venido a hablar de la situación del pueblo guaraní-kaiowá en el estado de Mato Grosso do Sul, sobre los constantes ataques que sufrimos por parte de las grandes empresas agrarias, las violaciones de los derechos humanos y los derechos indígenas, nuestro genocidio.

¿Cuál es la situación de violencia contra los indígenas?

La violación de derechos humanos afecta a todas las comunidades indígenas. El Gobierno no respeta las leyes. Los ataques vienen de paramilitares, Ejército, políticos, líderes evangélicos... Los empresarios utilizan grupos paramilitares o empresas de seguridad privadas para expulsarnos de las tierras o matarnos. Incluso el Ejército es empleado en nuestra contra en zonas del norte de Brasil. Y a eso se añade la instalación de fábricas de procesado en nuestras tierras, la construcción de presas, la especulación inmobiliaria… muchos frentes, muchas formas de violencia. A su vez, los líderes indígenas son perseguidos por su defensa de la tierra y el medio ambiente. Son muchos los que han sido asesinados, y sus muertes han quedado impunes. El asesinato de mi padre es el único en el que su responsable fue juzgado y condenado a 12 años en Sao Paulo, pero tan pronto como fue trasladado a Mato Grosso do Sul, se le permitió cumplir el resto de la condena en libertad. Hay más de 600 líderes en cárceles de máxima seguridad por luchar por el derecho a la tierra. Hay ocho secciones de máxima seguridad en las cárceles de Mato Grosso do Sul pensadas para encerrar a líderes indígenas y campesinos. En las 46 áreas en las que vivimos hemos recibido notas de desalojo y nunca sabemos cuál va ser la actitud del Gobierno.

¿No tiene miedo?

La situación es peligrosa, pero mi padre decía que no podemos temer al miedo, y es por esos que han caído, como él, por lo que yo estoy aquí. Si me matan, surgirán nuevos líderes, otros continuarán alzando la voz.

¿Como se protegen?

Tratamos de trabajar con otros movimientos, como el Movimiento Sin Tierra. Y en este viaje pedimos a organizaciones y gobiernos que presionen al Ejecutivo de Brasil para que reconozca el derecho a la tierra.

Pero si sus tierras tienen reconocimiento legal….

Llevamos años esperando que nos devuelvan nuestras tierras, pero el proceso de recuperación es largo y tedioso. Se supone que se debía haber completado en cinco años desde la firma de la Constitución de 1998. Han pasado casi treinta y el proceso no se ha completado. Treinta años en condiciones precarias, al borde de la carretera, con la inseguridad que conlleva.

¿Quién es el culpable?

Los sucesivos gobiernos. Con Lula, pese a que los indígenas le ayudaron a llegar al poder, nada mejoró. Promesas. En los primeros cuatro años nada…Otros cuatro años, nada. Además, su Gobierno en 2005 liberalizó las licencias de monocultivos de transgénicos de soja, eucalipto y caña de azúcar, lo que empeoró la situación. Con Dilma fue peor, ni siquiera recibió a los líderes indígenas para escuchar sus demandas. Y con este Gobierno es otra vuelta de tuerca, ya que cambian las leyes para que sea más difícil reconocer el derecho a las tierras.

Usted tiene formación universitaria y seguramente podría disfrutar de condiciones de vida mucho mejores que las que tiene al borde de una carretera.

El Aty Guaçu, gran concejo de los guaraní-kaiowá, hizo una selección entre aquellos que querían acudir a la universidad en las comunidades, y nos preguntaron por qué queríamos ir. Yo dije que para defender a mi pueblo y todos mis estudios han tenido ese objetivo. Muchos de los miembros de aquel concejo han sido asesinados y ahora yo formo parte de él.

¿Los indígenas sufren discriminación en Brasil?

Sufrimos discriminación en todo Brasil. Los brasileños no entienden que los indígenas son naciones. En especial en el estado de Mato Grosso do Sul, la discriminación es constante, no se nos permite estudiar en centros privados, ni entrar en tiendas o restaurantes, incluso a nivel gubernamental sufrimos discriminación. Se supone que hay cinco escaños reservados para los indígenas en el Congreso y en las municipalidades pero, en muchos casos ni se mencionan.

Cuando ocupamos tierras o acampamos junto a ellas los dueños de las plantaciones no nos quieren ni ver. Si denunciamos que nos atropellan cuando circulan a nuestro lado, la Policía lo justifica argumentando que la víctima estaba borracha o, si es un niño, que se lanzó a la carretera. Solo en las elecciones se acercan a pedirnos el voto.

¿Nadie ocupa esos escaños reservados en órganos políticos?

Hay gente no indígena ocupándolos. De hecho, de cara a las elecciones de 2018 pretendemos exigir que los partidos reconozcan esos escaños y que se ocupen por elección directa.

¿Qué pide su pueblo?

Que se cumpla la Constitución. Que se dejen de aprobar leyes y reformas para cambiarla.

¿Cómo se puede ayudar desde el exterior?

Mandando observadores para que den testimonio de las condiciones en que vivimos, de cómo las empresas agroalimen- tarias procesan, modifican y usan productos tóxicos para elaborar la comida que llega a sus países y que tiene consecuencias en la salud de los que vivimos donde se produce y también en la de ustedes que la consumen. Todos los observadores internacionales son bienvenidos al Aty Guaçu que tendrá lugar entre el 26 de agosto y principios de setiembre.