Pablo CABEZA
BILBO

Amorante recrea a Enrique Morente y Ricardo Amarante

Tras una dilatada carrera, Iban Urizar focaliza su carrera en el proyecto Amorante. Un nombre que le gusta y que guardó en el desván para cuando surjiese el proyecto oportuno. El «amante» hace años que disfruta ya de su activa soledad musical, no dada a las grabaciones, pero sí a los directos. Y en directo estará mañana en Kafe Antzokia de Bilbo para recrear, dentro del ciclo Izar & Star, al sensual brasileño Amarante y al eterno cantaor Enrique Morente. 20.00.

Amorante es una palabra que le seduce al músico de Elgoibar Iban Urizar. Pero al margen de su significado idiomático y fonético, también es un guiño a dos artistas que han traspasado su sensible piel, el cantaor granadino Enrique Morente, fallecido hace seis años, y el brasileño Rodrigo Amarante, pop brasileño de extrema “saudade” y belleza.

Canciones de Enrique y Rodrigo más propias de Amorante serán el objeto de la actuación que tendrá lugar mañana en Kafe Antzokia de Bilbo a partir de las 20.00. Urizar captará el espíritu de ambos desde su peculiar radar y sensibilidad. Es sin duda uno de los Izar & Star más singulares de su larga trayectoria. Son grandes músicos, extensos como el horizonte, pero no tan establecidos en la conciencia de rockeros o poperos al uso. No obstante, si surgen dudas, quizá más en el caso de Rodrigo Amorante, que se escuche con prontitud el disco “Cavalo”, donde la vaporosidad brasileña se une al pop delicado y emocional. Además, y por si sirve de aliciente, Amarante es la voz de “Tuyo”, canción de minuto y poco que se escucha en los créditos de “Narcos” (Netflix), ya en su tercera temporada y que sigue contando con la demoledora canción. También es íntimo de Devendra Banhart, con quien ha tocado, grabado, compartido barba y bebido, pues además de admirarse son muy amigos.

Enrique Morente fue uno de los máximos renovadores del flamenco. Sus experiencias no tuvieron límites, pero siempre con el canto limpio, y descarnado tan propio del flamenco.

«Descubro a Rodrigo Amarante –explica Iban Urizar ‘Amorante’– por medio de su grupo Los Hermanos [Brasil, 1997]. Me interesa lo que escucho y le voy vigilando hasta que edita su primer disco en solitario ‘Cavalo’, que ya es cuando me enamoro completamente de él. De hecho es el Amarante que más me interesa, el que trabaja en solitario». Prosigue: «En Los Hermanos intuyo su capacidad melódica. Podía testear quién hacia un tema y quién otro. Es su capacidad melódica la que me desarma, la que me tiene subyugado. En el disco ‘Cavalo’ es lo que se ve fundamentalmente. También en lo que es la concepción del sonido hay diferencias pues cuenta con un tono más lo-fi [uso de medios de baja fidelidad, quizá más naturales]. Si lo comparas con su homólogo en Los Hermanos, que sería Marcelo Camelo, es mucho más preciosista y de producción más limpia. Vamos, que me quedo con Amarante. Luego le he visto en directo en el Vida Festival de Vilanova y la Geltrú el año pasado, él solo con su guitarra acústica y fue asombroso, increíble. Cerraba el festival un domingo, a las nueve de la noche, en pleno bosque. Además su timbre de voz y la forma de cantar es muy especial. Fue un concierto muy redondo».

En “Cavalo” hay numerosos cortes de terca hermosura y corazón con ojos llorosos. “Tardei” lo culmina todo. «Esa es una de las canciones más bellas que he escuchado desde que pueda recordar. Me parece una forma elegantísima de acabar un disco. No puedo decir si la tocaré, pruebo muchas cosas, ensayo bastante, queda tiempo, soy muy cambiante... En todo caso, sea la canción que sea, intentaré ser fiel al espíritu de la canción como canción», sugiere Amarante mientras razona sobre lo que es llevar las canciones a su terreno: «Es que eso de mi terreno es cuestión de prisma. Mi terreno es muy amplio como para que alguien me diga que ‘eso es Amorante’». Y en un medio “off topic” comenta: «Mixel Etxekopar decía algo muy bonito: ‘Nosotros hacemos música tradicional de un modo contemporáneo’. Mixel [de quien en estas páginas hablábamos hace unas semanas] es uno de los artistas que más admiro, es un artista a reivindicar. Le he visto con diferentes propuestas, con el hijo de Beñat Axiari, Julen, solo, colaborando con gente... Es un valor internacional. Lo que propone él no lo ha hecho nadie en Euskal Herria. Como muchos pecamos de ego en la música, encontrarse con una persona como Etxekopar es tomar una lección de humildad, la misma que tendría que tener yo al haber elegido a Amarante y Morente. No obstante, me gustaría que los aficionados a la música no viesen este encuentro como un atrevimiento, sino como un acto de amor hacia el mundo de uno y las canciones del otro».

Conociendo la trayectoria de este profesor de música en el instituto de secundaria de Elgoibar no extraña su vocación: «No me gusta. Me encanta. He estudiado para esto. Soy trompetista de carrera, he hecho un curso de etnomusicología en Barcelona y se me abrió un mundo de cómo veía la música y la veo ahora y solo sé que me encanta enseñar. Es una materia que conozco y muchas veces me frustro con el sistema, el contenido. Al ser una asignatura ‘maría’, por gracia o por desgracia, hay maneras de esquivar al sistema».

Morente

Descomponiendo la paradoja. A Amorante le gusta explorar, pero se decanta por el flamenco puro. Morente es un tanto desconstructor, como El Niño de Elche, que colabora en un tema de su primer ep. Lo cuenta y lo explica: «La cuestión es que uno puede romper con conocimiento. Si conoces el flamenco a fondo puedes quebrarlo ya sea estructural o estéticamente, bien incorporando instrumentos o de otras formas, como quieras. En el caso de Morente y El Niño De Elche ambos son plenamente conocedores del universo en el que se mueven. Morente me da la sensación de que ha sido más ortodoxo con lo que ha hecho, mientras que El Niño de Elche se ha atrevido con cosas muy experimentales de improvisación libre, pero su forma de cantar o de expresar sí me recuerda a cantadores antiguos, pero no en su ortodoxia estructural. De hecho, puedo escuchar flamenco contemporáneo y no me interesa demasiado si este no conlleva una especie de ruptura, pero me tiene que interesar la forma de expresar su voz cantando. Así que mi acercamiento mañana a estos artistas va a ser en lo esencial».

«Morente llega a mi vida primero de oídas y después cuando le vi en directo hace unos diez años en el festival Pirineos Sur. Luego le he visto dos veces más. Reconozco que mi acercamiento a Morente ha sido por los directos. La aproximación a los discos ha sido posterior. Tengo un mundo que me ayuda a recrear eso que yo siento con las canciones de Morente, no me he escuchado canciones para ver cuál encaja mejor con una trompeta o así. No, no he ido por ahí. Con las herramientas que tengo construyo mi discurso propio», precisa.

Amorante vs Amarante y Morente no lleva bloques, las canciones se intercalarán, quizá incluso sin precisar qué es qué o quién. Solo resta disfrutar de una experiencia sensitiva.