Las fuerzas iraquíes tomaron ayer al ciudad de Hawija, uno de los dos últimos bastiones del Estado Islámico (ISIS) en el país, donde solo subsiste ya un pequeño reducto yihadista en el desierto fronterizo con Siria.

Las fuerzas iraquíes entraron ayer en esta ciudad de más de 70.000 habitantes, con población mayoritariamente suní, y apodada «el Kandahar de Irak», en referencia al bastión talibán en Afganistán.

Progresaron rápidamente entre barrios totalmente desiertos, abandonados por sus habitantes, y sin resistencia del ISIS.

«Solo queda la banda fronteriza por conquistar», afimó el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, quien proclamó «la liberación de Hawija» durante su visita a París, tras una entrevista con el presidente francés, Emmanuel Macron.

La banda fronteriza a la que se refiere se encuentra en el desierto occidental que hace frontera con la provincia siria de Deir Ezzor, a su vez bastión yihadista en ese país. Las fuerzas de Bagdad progresan allí lentamente desde el 10 de setiembre, frente a las minas que los yihadistas colocan a medida que se retiran.

En esta zona, a lo largo de una porosa frontera con un país desgarrado por seis años de guerra, los yihadistas no controlan más que dos localidades: Rawa y Al-Qaim. En una tercera localidad, Anna, de la que los yihadistas ya habían sido expulsados, las operaciones de desminado no terminaron hasta ayer.

La coalición internacional liderada por EEUU que apoya a las fuerzas iraquíes aplaudió una victoria «rápida y decisiva» en la que señaló que se rindieron más de mil yihadistas.

«El ISIS sigue presente»

«Más de 41.500 kilómetros cuadrados han sido retomados y más de cuatro millones de iraquíes liberados» desde 2014, señaló la coalición, pero advirtió de que «el ISIS sigue presente en Irak».

Durante las dos semanas de combates en Hawija, los civiles se han encontrado de nuevo atrapados entre dos fuegos y alrededor de 12.500 personas han huido desde el comienzo de la ofensiva.

Los primeros civiles que salieron de la ciudad relataron el miedo que vivieron durante su vida cotidiana bajo el dominio del ISIS, que la controlaba desde hace tres años, así como el sufrido al ser utilizados como escudos humanos

La ofensiva se juega en el control de las ciudades, pero también de las infraestructuras y de las vías de comunicación. Así, al sur de Hawija, las fuerzas gubernamentales tomaron ayer la autopista que une Kirkuk y Tikrit, que también controlaba el ISIS hace tres años. La víspera, tomaron la central eléctrica de Harayat y el puerto de Fatah.

Igualmente, en Siria, el ISIS sigue en retirada tras los últimos contraataques en la provincia de Deir Ezzor. Las fuerzas gubernamentales sirias se han aproximado a cinco kilómetros de la ciudad de Al-Mayadin, controlada por los yihadistas, al este de la provincia de Deir Ezzor.

Bagdad dice que no quiere una guerra con Kurdistán

El primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, aseguró ayer que no desea que se desencadenen enfrentamientos armados en la región autónoma de Kurdistán Sur que acaba de votar en referéndum su independencia, al tiempo que emplazó a los peshmerga (soldados kurdos) que están en zonas en disputa a que actúen junto a las fuerzas de seguridad bajo mando del Gobierno de Bagdad. «No queremos una confrontación armada, no queremos combates, pero la autoridad federal debe prevalecer y nadie puede quebrantar la autoridad federal», aseguró Al-Abadi, en una declaración junto al presidente francés, Emmanuel Macron, durante su visita oficial en París.

«Pido a los peshmerga que continúen siendo una parte integral de las fuerzas iraquíes bajo la autoridad de las autoridades federales, para garantizar la seguridad de los ciudadanos para que podamos reconstruir estas zonas», dijo Al-Abadi en referencia a las zonas que han sido arrebatadas al ISIS.GARA