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teherán

Trece muertos en las protestas más graves en Irán desde 2009

Al menos trece personas han muerto en Irán, en la peor ola de violencia registrada en el país desde el inicio de las protestas, hace cinco días, contra la carestía de la vida y el poder, pese al llamamiento a la calma de Hassan Rohani, quien defendió el derecho a manifestarse sin violencia pero prometió mano dura.

Al día siguiente de su llamamiento a la calma y de prometer «un mayor espacio para la crítica» y defender el derecho a expresar la opinión y a manifestarse, siempre que sea sin violencia, el presidente de Irán, Hassan Rohani, advirtió ayer que «el pueblo iraní responderá a los alborotadores» y prometió «aplastar» a la «pequeña minoría» que está provocando los disturbios. Al menos trece personas, entre ellas un policía, han muerto durante las protestas iniciadas por los estudiantes contra la carestía de la vida que enseguida derivaron en reivindicaciones políticas.

Tanto Rohani como el Parlamento iraní acusaron a los «enemigos» de la República Islámica, «enfadados con el éxito y el progreso del país», de fomentar los disturbios, y citaron a EEUU, Israel y Arabia Saudí. Israel, cuyo ministro de Inteligencia, Israel Katz, deseó «suerte» a los iraníes en su búsqueda de «libertad y democracia», negó las acusaciones, mientras que Rusia consideró «inadmisible» la injerencia foránea en los asuntos internos de Irán para desestabilizar la situación.

Ayer, por quinta noche consecutiva, miles de personas volvían a salir a las calles de las principales ciudades para denunciar las dificultades económicas, el desempleo, la carestía y la corrupción y mostrar su rechazo al régimen de los ayatolas. Frente a las protestas antigubernamentales, hubo manifestaciones de apoyo al Gobierno en Rasht, Zanján, Ahvaz y Takestán.

En total, trece personas, diez de ellas manifestantes, han fallecido en los disturbios desatados durante las protestas, que comenzaron el jueves en Mashhad, la segunda ciudad del país, antes de extenderse al resto de Irán. Anoche, un policía murió por disparos de un manifestante en Nayafabad.

El domingo por la noche, ocho manifestantes fallecieron en Toyserkan e Izeh, según medios locales. En Dorud, en un incidente indirectamente vinculado con las protestas, dos ocupantes de un coche murieron cuando los manifestantes se apoderaron de un camión de bomberos y lo lanzaron por una pendiente hasta chocar contra el vehículo. Otras dos personas murieron el sábado en esa misma ciudad.

Las autoridades afirman que las fuerzas del orden no disparan contra los manifestantes y acusan a «alborotadores» o a «contrarrevolucionarios» armados de infiltrarse entre ellos.

Desde el inicio de los disturbios, unas 400 personas han sido detenidas, 200 de ellas en Teherán, según medios. Un cente- nar fueron puestas en libertad.

«Debemos estar unidos»

Las manifestaciones continuaron pese a que las autoridades limitaron el acceso a las redes sociales y bloquearon Telegram e Instagram, utilizadas para lanzar las convocatorias.

Se trata de las primeras manifestaciones de este alcance desde el movimiento de protesta en 2009 contra la reelección del expresidente Mahmud Ahmadineyad. En la represión de aquellas protestas murieron entre 36 y 72 personas, según el balance oficial o de la oposición.

En una nueva declaración, Rohani advirtió ayer que «el pueblo iraní responderá a los alborotadores», que son una «pequeña minoría que insulta los valores revolucionarios».

«Nuestra economía necesita una gran operación de cirugía, debemos estar unidos», declaró el presidente, quien insistió en la determinación de su Gobierno para «solucionar los problemas de la población», en particular el desempleo.

Rohani, elegido para un segundo mandato en mayo, facilitó a Irán salir de su aislamiento, con el levantamiento de las sanciones internacionales tras la firma en 2015 de un acuerdo histórico con las grandes potencias sobre el programa nuclear iraní, lo que auguraba una mejoría de la mala situación económica, pero los frutos del acuerdo se están haciendo esperar.

Medidas de austeridad

«Lo que hace que los iraníes salgan a la calle son los problemas económicos cotidianos, la frustración ante la falta de empleo, la incertidumbre sobre el futuro de sus hijos», explicó a AFP Esfandyar Batmanghelidj, fundador del Europe-Iran Business Forum. En su opinión, esta ola de disturbios surgió por las medidas de austeridad adoptadas por Rohani, como la reducción del gasto social o el alza de los precios de los carburantes.

Pero en una aparente respuesta a las protestas, el Gobierno ha dado marcha atrás en sus planes de subir los precios de los combustibles y ha prometido incrementar las entregas de dinero a los pobres y crear más empleo en los próximos años.

La Policía y los Guardianes de la Revolución han reprimido en el pasado con violencia las manifestaciones, si bien en esta ocasión la preocupación de las autoridades podría ser mayor, puesto que se trata de protestas en principio espontáneas sin líderes claros.

En una nueva crítica al régimen iraní, enemigo de EEUU, su presidente, Donald Trump, afirmó que «es hora de un cambio», después de haber dicho que «los regímenes opresores no pueden durar para siempre». «El gran pueblo iraní ha sido reprimido durante muchos años. Tiene hambre de comida y de libertad», tuiteó.