Ciudadela y Vuelta del Castillo. Además de la centralidad que tienen, yo les veo dos componentes. Por un lado, están muy ligados al arte y la cultura, y por otro, al deporte. La Ciudadela está generando numerosas iniciativas culturales y artísticas con el proyecto Hiriartea, y la Vuelta del Castillo dispone de unas campas que tienen un uso tremendo tanto de caminantes como de corredores y de práctica del fútbol.

Campus universitarios. Son pulmones perimetrales de la ciudad y tienen un arbolado muy destacable. Aunque no sea arbolado de propiedad municipal, sí es un patrimonio a cuidar y a disfrutar.

Antoniutti. Es un espacio más ligado a la fiesta, porque es un parque que hace compatible un uso durante todo el año con la fiesta en unos días muy concretos, y se vuelve a reponer una vez que ha pasado la fiesta. En ese aspecto, demuestra que se pueden hacer cosas en los jardines y que estos pueden seguir existiendo el resto del año. Una de las quejas que tenemos con los sanfermines es que llegan como Atila y luego hay que volver otra vez a recuperar los jardines. Pero teniendo unos mínimos cuidados a la hora de instalar y de utilizar esas zonas, se pueden reponer y disfrutar el resto del año.

Takonera. Es nuestro cuarto de estar. Es la zona a la que tenemos más cariño, porque la hemos vivido y porque tiene más historia. Y además tiene más historia que la jardinería en sí, porque nos habla de otros tiempos en que este lugar era utilizado para entrenamientos militares, era un límite de la ciudad. Creo que en los últimos años se ha quedado un poco aparte, se usa menos, perdió un poco esa fuerza que tenía, y ahora la idea es reforzar esos elementos que ya existen y crear en la zona de Vista Bella, que es la más abandonada, un elemento de atracción con un juego libre, con unas actividades y unas instalaciones que hagan otra vez que la Takonera sea un lugar atractivo y referencial para las nuevas generaciones.

Arantzadi. Es una promesa. Es intentar ligar una zona verde natural con valores como son la producción hortícola ecológica, cercana, con ingredientes de educación, inserción y educación ambiental, ligado lógicamente a valores como la reutilización de la materia verde con compostaje, con lo que es transporte sostenible de esa materia verde y de los que transitan por ahí, o como lo que puede ser el aprovechamiento de esa materia orgánica, que puede venir de los barrios y generar nuevos circuitos de kilómetro cero. Para mí, Arantzadi es circularidad.

Paseo del Arga. Es un elemento de salud. Hay cantidad de gente que lo usa para el paseo, para reforzar su salud, para evadirse y para encontrarse con la naturaleza cercana, aunque sea una naturaleza humanizada, pero naturaleza al fin y al cabo.

Parque del Mundo. Es como una colección que nos abre los ojos ante la gran diversidad que hay en el planeta. Aunque tenga sus limitaciones lógicas por el clima, es un concentrado de la variedad de jardinería y de especies que hay en el mundo. Puede pasar de especies a Oceanía a Asia y América en quince minutos.

Parque de las Pioneras. Es un parque grande situado en Lezkairu, con más de 80.000 metros cuadrados. Tiene bajas necesidades de mantenimiento y en él se plasma esa intención de que los jardines sirvan para algo más. En este caso se plasma ese homenaje a las pioneras, como el que hubo recientemente en recuerdo de Maravillas Lamberto. Esta zona verde nos habla de mujeres con un valor incalculable, que tiene que ser parte indispensable del futuro.

Media Luna. Es un parque con dos características muy concretas. Una es el estilo formal. Creo que con los años ha ido ganado poso, sobre todo en el arbolado, y es un espacio como muy de estar tranquilo. La segunda es que se trata de un mirador espectacular sobre la Magdalena. Esas dos funciones de tranquilidad y de mirador del paisajismo es lo que definen este espacio.