
Solo el coraje, el oficio y la resistencia de un buen Félix Matamoros impidieron que el combate concluyera antes del límite. A pesar de que el nicaragüense se trastabilló en un par de ocasiones.
La tensión y la responsabilidad de Sukhanov habitaban el vestuario del púgil local. No es sencillo volver al ring tras 18 meses de ausencia. Nunca se sabe cómo serán las sensaciones, cómo responderán el cuerpo y el cerebro. Y, además, Artem tenía dañada su mano derecha desde una sesión de sparring con el ‘Tiburón’ Jorge Vallejo hace dos semanas. A pesar de eso, la usó. El dolor era evidente tras el combate. Y también la satisfacción de un regreso al ring con extraordinarias sensaciones y un gran boxeo.
El público llenó el coqueto Polideportivo de Berriozar en una velada organizada por BoxRuss y que satisfizo a organizadores, afición y ediles locales.
Antes del combate de fondo, variedad de cruces de distintas modalidades de deportes de contacto, algunos de ellos muy jaleados por el público y todos aplaudidos

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