La estabilidad que hace una semana copaba las primeras páginas de los periódicos, aludiendo a que la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado ofrecían dos años de tranquilidad a Mariano Rajoy, ha saltado definitivamente por los aires.

No hay tranquilidad para el presidente del PP porque el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, anunció ayer que si la moción de censura que ha presentado Pedro Sánchez fracasa esta semana, la formación morada presentaría otra con el único fin de convocar elecciones de inmediato. Esta es una exigencia también de Ciudadanos, aunque el partido de Albert Rivera prefiere que la iniciativa de disolver las Cortes y llamar a las urnas sea del propio Mariano Rajoy, lo que hoy por hoy no se ve probable.

Parece que, quiera o no, el PP va a tener que ir pensando en dejar pronto la Moncloa aunque sea hasta después de las próximas elecciones, que a saber si no las volvería a ganar.

Otro problema para el PNV

Pero si no hay tregua para Rajoy, el movimiento de Iglesias hace que tampoco la haya para el PNV. La formación jeltzale ha hecho numerosas declaraciones dejando claro que no quiere elecciones en el corto plazo, porque teme una victoria de Ciudadanos. De hecho, impedir una convocatoria electoral fue una de las razones que dio para justificar su apoyo a los PGE, a pesar del mantenimiento de la aplicación del artículo 155 a Catalunya. Además, el partido de Andoni Ortuzar necesita que los presupuestos tengan un desarrollo para que se ejecuten las inversiones pactadas.

Pero, por paradójico que parezca, en las actuales circunstancias, quizá la única forma que tenga el PNV de retrasar las elecciones unos meses y permitir que los PGE se ejecuten mínimamente, sea apoyar a Pedro Sánchez. Desde algunas fuentes se apunta que el PSOE está tentando a los jeltzales con el mantenimiento de las Cuentas pactadas con el PP.

En caso de que se apruebe la moción de censura impulsada por Pedro Sánchez, el PP podría tomarse la revancha vetando en el Senado su propio presupuesto, o retirando las partidas acordadas con partidos que hubieran contribuido a echar a Mariano Rajoy. Sería una maniobra que contradiría sus apelaciones al sentido de estado y a la estabilidad económica; pero sería reversible después en el Congreso.

Conversaciones del PSOE

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, llamó el lunes a la noche a los dirigentes de otros partidos –entre ellos PNV, ERC y PDeCAT– para establecer un primer contacto, y durante el día de ayer ya hubo otros encuentros entre portavoces parlamentarios.

Sánchez también habló ante su propio grupo en el Congreso, donde sostuvo que ofrecía a los 350 diputados «un consenso en torno a la censura, a qué entendemos por estabilidad y normalización de la vida política y un consenso necesario que se tiene que dar en torno a la convocatoria de elecciones».

Pero el PSOE no está de acuerdo con la idea de Ciudadanos de convocar elecciones inmediatamente. Así se lo transmitió el secretario de Organización, José Luis Ábalos, al secretario general de C’s, José Manuel Villegas.

Movimiento de Podemos

La moción de censura cuenta con el apoyo de Podemos, salvo que los inscritos de la formación morada digan lo contrario en la consulta interna. Pero también tiene un plan B. Pablo Iglesias avanzó ayer que «si Pedro Sánchez fracasa el viernes hay una segunda opción preferible a que siga gobernando el PP, y es trabajar para que haya elecciones lo antes posible».

El secretario general de Podemos quiso dejar claro que «nuestra primera opción es un gobierno progresista. Nuestra segunda opción, antes de que siga atrincherado el Gobierno del PP, es que haya elecciones generales lo antes posible y para eso estaríamos dispuestos a hablar con todo el mundo».

En este contexto, el Gobierno y el PP despliegan todos sus medios para intentar desprestigiar al PSOE, acusándole de pactos con quienes quieren romper España, y para presionar a Ciudadanos y al PNV.

Cospedal lo niega todo en el Congreso y critica la sentencia de la Gürtel por «tendenciosa»

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, no dudó ayer en criticar a los tribunales calificando de «tendenciosa» la sentencia del caso Gürtel por poner en duda la credibilidad del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Y por la misma línea insistió en que no existía una caja B, «aunque lo diga un juez para argumentar una sentencia».

Cospedal compareció en la comisión del Congreso que investiga la presunta financiación ilegal del PP, y en varias ocasiones cuestionó la sentencia tanto por esta referencia a Rajoy como por hacer al PP partícipe a título lucrativo de la trama. Sostuvo que con las alusiones a la contabilidad B y al testimonio de quienes la negaron, entre ellos el presidente del Gobierno, el tribunal se ha «extralimitado» con un argumento «subjetivo» e «innecesario» que «no tiene nada que ver con el fallo» y que no es «palabra de ley».

El cuestionamiento que María Dolores de Cospedal hizo de la sentencia de la Audiencia Nacional por la trama Gürtel se extendió al hecho de negar que el PP haya sido «condenado», aduciendo que solo se le considera partícipe a título lucrativo, como que recibió el dinero sin saber realmente cuál era su procedencia.

Sin embargo, si no hay condena penal es porque la financiación corrupta del partido no era delito en aquellos años. Y por lo que respecta a la existencia de la contabilidad B y a la falta de credibilidad de Mariano Rajoy, no es que «lo diga un juez», sino que son hechos en los que coinciden los tres miembros del tribunal, incluido el que hizo público un voto particular.

María Dolores de Cospedal aseguró que «Gürtel es pasado» y que Mariano Rajoy y el PP ya han asumido responsabilidades en las urnas.GARA