
Según el presidente del comité, David Molinero, de CCOO, Miasa «ha creado un nuevo centro de producción en Zaragoza y los nuevos proyectos de mecanizado los está derivando a esa factoría», lo que implica que «los proyectos de aquí se vayan muriendo».
Además, ha dicho, «están utilizando el chantaje de tener otra planta para empeorar las condiciones laborales» y al respecto ha recordado que ya en 2015 la plantilla de Miasa estuvo once jornadas de huelga porque les intentaron bajar el sueldo un 25%, aumentar la jornada en siete días y eliminar la media hora diaria de descanso.
Y frente a la actitud de la empresa, Molinero se muestra optimista porque cree, apunta, «que vamos a ganar el juicio y que los 23 trabajadores despedidos van a volver».
Será después cuando «veremos qué situación nos planteamos en la empresa, cómo podemos generar empleo y cómo podemos estar todos trabajando», ha añadido.
La planta de Miasa en Landaben, dedicada a la fabricación de horquillas para cajas de cambios de automoción, tiene en la actualidad una plantilla de unas 120 personas de las que 80 trabajan en el taller y 40 en la oficina.

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