Sin duda, esa capacidad anotadora le ha llevado al cuadro navarro a estar donde está, líder en solitario en la clasificación de plata y abriendo cada vez más hueco respecto a sus perseguidores. Osasuna también ha sabido exprimir el valor de sus dianas, no en vano cuatro de las últimas cinco victorias que ha cosechado en el intratable Sadar han sido por un ajustado 1-0.

Una racha casera que le ha dado la vuelta al calendario –un año entero sin perder en el feudo iruindarra–, un récord de victorias seguidas que se remonta en Segunda a la 1952-53 y un reto a corto plazo, como es asaltar el domingo el Anxo Carro, un escenario donde el conjunto rojillo no conoce el triunfo.