NAIZ
MADRID

Martín Villa defiende ante Servini su papel en la «transición» y trata de desacreditar a los querellantes

El exministro franquista Rodolfo Martín Villa ha declarado ante la jueza argentina María Servini en el marco de la querella argentina, en la que se le responsabiliza de la muerte de doce personas entre 1976 y 1978 cuando formaba parte del Gobierno, para defender su inocencia y manifestar que «es imposible que hubiese un genocidio en la Transición».

Concentración frente a los juzgados de Iruñea con motivo de la declaración de Martín Villa. (Idoia ZABALETA/FOKU)
Concentración frente a los juzgados de Iruñea con motivo de la declaración de Martín Villa. (Idoia ZABALETA/FOKU)

Seis años después de ser imputado por la Justicia argentina, Martín Villa ha prestado este jueves declaración indagatoria ante la titular del Juzgado Criminal y Correccional Federal 1 de la República Argentina, María Servini, ante quien ha defendido su papel en la llamada «transición» española frente a los cargos de delitos de lesa humanidad que se le atribuyen en relación con doce muertes entre los años 1976 y 1978.

«He venido a defenderme, porque me rebelo a vivir en presunción de culpabilidad en vez de presunción de inocencia, pero sobre todo defender que es imposible que en la Transición hubiese un genocidio», ha declarado ante la juez.

El interrogatorio, realizado por videoconferencia, ha comenzado a las cuatro de la tarde (11.00 en Argentina) en la sede de la Embajada de Argentina en Madrid, frente al que se han concentrado cerca de un centenar de personas del colectivo Ceaqua, que reúne a los querellantes en este procedimiento, y que portaban cajas de cartón con los nombres de las 12 víctimas por las que se inquiere al exministro español.

Al lugar han llegado en un momento determinado dos jóvenes portando una pancarta en la que podía leerse «Sólo España juzga a España. Vox», pero han sido apartados del lugar por agentes de la Policía, que les han alejado a una manzana de los concentrados.

El interrogatorio en sí ha comenzado, sin embargo, hora y media más tarde, ya que antes de comenzar la juez ha leído uno por uno todos los cargos a Martín Villa, que ha acudido a la cita asistido por su letrado, el abogado argentino Fernando Goldaracena.

Pese a anunciar que presentaría una declaración por escrito, el interrogatorio se ha extendido y ha versado sobre cada una de las muertes investigadas por la juez en relación con los diferentes cargos que tuvo Martín Villa durante los años investigados.

Según fuentes conocedoras de la declaración citadas por Europa Press, Martín Villa ha explicado ante Servini que antes de las elecciones de 1977 y «por primera vez en muchos años no quedó un solo preso político en las cárceles españolas ni un solo español exiliado en el mundo».

«Algo tuve que ver con todo esto como persona que compartió con muchos otros –correligionarios y adversarios políticos– la suerte, y en alguna ocasión el riesgo, de trabajar a favor de la Transición y de la Constitución de 1978», ha dicho.

«De aceptarse la versión de la querella», ha añadido, «si Adolfo Suárez viviera sería imposible que no se encontrara acusado también de genocidio o crímenes contra la humanidad, situación que no me atrevo a calificar».

Servini pretende determinar las posibles responsabilidades de Martín Villa en hechos como la matanza del 3 de marzo de 1976 en Gasteiz, en la que la Policía Armada mató cinco personas e hirió a más de un centenar durante una asamblea obrera.

También le ha interrogado por su responsabilidad en la muerte de Rafael Gómez Jauregi en Errenteria; de José Luis Cano Pérez en Iruñea; de Francisco Javier Núñez en Bilbo -todas ellas ocurridas en 1977-, así como de José María Zabala Erasun en Hondarribia y de María Norma Menchaca en Santurtzi, ambas un año antes. Igualmente piden aclarar los sucesos acontecidos en la ciudad de Iruñea en julio de 1978 durante la celebración de las fiestas San Fermín, cuando la Policía mató a Germán Rodríguez.

La querella se interpuso inicialmente por las cinco muertes en Gasteiz en marzo de 1976, cuando Martín Villa era ministro de Relaciones Sindicales. El exministro ya ha explicado al Juzgado argentino que la intervención de Adolfo Suárez, Alfonso Osorio y la suya comenzó después, no antes, de conocerse las muertes, y consistió en tomar medidas urgentes para «evitar más violencia».

«Ciertamente hubo errores, graves errores, y comportamientos policiales contrarios al respeto a los derechos de las personas y, por tanto, sería legítimo que se reclamara una reparación justa –ha explicado este jueves ante la juez–. Pero una cosa es comprender el dolor de las víctimas y la necesaria reparación y otra es aceptar un relato de lo ocurrido, que lleva a la querella a afirmar incluso que en la Transición española hubo delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad».

Defensa de la «transición»

En este punto ha insistido Martín Villa ante la juez, así como en los argumentos expresados en la carta que remitió el pasado 25 de agosto anunciando que trataría de defenderse personalmente, «pero sobre todo defender que en la Transición, que ha sido una de las mejores etapas de nuestra historia reciente, fue imposible que hubiese un genocidio».

En su declaración escrita, Martín Villa ha advertido de que las acusaciones de la querella contienen errores y falsedades en su catalogación de las muertes como genocidio, en la imputación de responsabilidades hacia él y en la versión que presenta de la «transición» y la Ley de Amnistía.

Ha afirmado también que «es imposible que hubiese un genocidio en la Transición», un proceso que, ha dicho, «supuso la reconciliación entre los españoles», y ha negado que la Ley de Amnistía se pareciera a las leyes de punto final.

En relación con la acusación sobre la muerte de Germán Rodríguez, ha precisado que en esos momentos, el Estado español «llevaba ya un año en democracia» –las elecciones se celebraron en junio de 1977–, se había aprobado la Ley de Amnistía y se había alcanzado un acuerdo en el Congreso sobre la Constitución, aprobada poco después.

En su relato se ha referido igualmente, según las mismas fuentes, a que en una sesión de control al Gobierno en setiembre de 1977 sobre diversos incidentes en los que intervinieron miembros de los Cuerpos de Seguridad, el líder del Partido Comunista, Santiago Carrillo, afirmó que era «la primera vez que he visto a un Gobierno de este país dar información interna del carácter de la que se nos ha proporcionado sobre la actividad de las Fuerzas de Orden Público y sancionar con relativa rapidez a oficiales y jefes que han incurrido en faltas graves en el ejercicio de su misión».

Cartas de apoyo

Junto a esta misiva, Martín Villa ha aportado 19 cartas de apoyo escritas, entre otros, por los expresidentes Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy –además de una decena de líderes políticos y sindicales entre los que figuran Josep Borrell (actual jefe de la diplomacia europea) y ex secretarios generales de UGT y CCOO–, en los que todos ellos, defienden su papel como «hacedor de consensos» durante los años investigados.