La comedia gamberra de chicas, hecha por mujeres y para mujeres, lleva ya tiempo instalada en Hollywood. En el viejo continente está costando más asumir el concepto, según el cual el público femenino tiene tanto o más derecho que el masculino a disfrutar de géneros de humor o de acción tradicionalmente atribuidos a los hombres. De ahí la importancia que cobra el estreno de “Erlauntza” (2020), título pionero en incorporar a nuestro cine esta moda foránea. Da lo mismo que no haya nacido como proyecto cinematográfico en origen, y que se trate de la adaptación de una función teatral, porque a fin de cuentas el guion del autor Kepa Errasti y de la realizadora Mireia Gabilondo ha sido convenientemente retocado para la pantalla grande.
Desde el punto de vista funcional se hacía imprescindible respetar el esquema originario del único escenario y seis únicos personajes, máxime en plena crisis vírica que tanto está afectando al sector, y que exige estrategias tan prácticas como imaginativas a la hora de combatir la falta de recursos económicos.
Asimismo ha sido de vital importancia mantener el reparto femenino creado para los escenarios, dada la ventaja que suponía el que las seis actrices conocieran a fondo sus respectivos personajes.
Gracias a ello se ha podido batir todo un récord de producción, al conseguir rodar en tan solo dos semanas dos versiones simultáneas en euskara y castellano, evitando así la perdida de frescura y espontaneidad de las versiones dobladas. Una técnica novedosa que ha supuesto un enorme esfuerzo de concentración interpretativa, pues las tomas en ambos idiomas se rodaban unas detrás de otras, en un meritorio ejercicio de traducción mental automática.
A la inmediatez también contribuyó el ambiente de la localización en Fika, que conoce bien la directora artística Ana Turrillas.