Koldo Landaluze

«V de Vendetta»: La sonrisa eterna de Guy Fawkes

La poética revolucionaria de «V de Vendetta» sigue muy presente en la respuesta social ante cualquier tipo de tiranía. Creada por el referente contracultural Alan Moore y el dibujante David Lloyd en la década de los 80, esta obra maestra se asienta en un fascinante imaginario cargado de simbolismo.

Imagen de la icónica imagen de Guy Fawkes. (GETTY IMAGES)
Imagen de la icónica imagen de Guy Fawkes. (GETTY IMAGES)

Recuerda, recuerda el 5 de noviembre, el complot de la pólvora y la traición. No existe el motivo para el olvido de la pólvora y la traición». Los célebres versos populares que fueron dedicados al insurgente británico Guy Fawkes, sirvieron como tarjeta de presentación para el enigmático protagonista enmascarado de “V de Vendetta”,  una ucronía firmada por el guionista, anarquista, escritor y mago Alan Moore y el dibujante David Lloyd.

 Esta comunión dio como resultado uno de los cómics modernos más aclamados de todos los tiempos y sirvió, sobre todo, para que Moore lograra plasmar buena parte de sus inquietudes anarquistas a través de los resortes de la literatura, el vodevil y la insurgencia intelectual.

Su gestación llevó tiempo. La idea original de “V for Vendetta” arrancó en 1975 como una idea de Moore para la revista “Hulk Weekly”, en la que un revolucionario que ocultaba su identidad bajo un maquillaje teatral y llamado ‘‘The Doll’’, se opone a un Estado totalitario en los años 80.

La idea, sin embargo, fue rechazada por el director de la revista debido a que era completamente contraria a los cómics populares de la época.

 Años más tarde, Moore encontró en el dibujante David Lloyd el cómplice que requería la puesta en marcha de “V de Vendetta”. En su empeño por derribar las tradiciones estadounidenses del cómic de su época, Moore y Lloyd orquestaron una obra escenificada en un futuro distópico, en una Gran Bretaña gobernada por un partido fascista que fue creado a partir de la política de Thatcher.

De esta manera, el misterioso “V” se transformó en hijo de su tiempo y de manera involuntaria, en un icono de la insurgencia moderna gracias al eco que obtuvo la magistral adaptación cinematográfica del año 2005. Hoy en día, su legado se mantiene vigente.

El pasado 5 de noviembre, “V de Vendetta” volvió  a ser tendencia en las redes sociales, Warner ha reestrenado en diferentes cines del planeta una copia restaurada del filme, que incluye un reportaje en el que su director,  James McTeague, mantiene una extensa conversación con una de sus productoras –Lana Wachowski– en torno al proceso creativo e ideológico que impulsó la película.

A ello, además, se suma la edición en formato 4K y ultra HD que lanzó Warner el pasado 10 de octubre para consumo doméstico y la nueva y selecta reedición del cómic original por parte de la editorial DC dentro de la categoría Black Label.

Y las viñetas prendieron fuego

Convulso y convulsionador, Alan Moore es considerado como uno de los mejores guionistas de toda la historia del cómic y uno de los más destacados, sin duda alguna, de las última décadas. En su bibliografía topamos con obras tan referenciales como “V de Vendetta”, “Desde el infierno” y la que ha sido señalada como su obra cumbre, “Watchmen”. Todas ellas han sido trasladas al medio cinematográfico –incluyendo “La liga de los hombres extraordinarios” o “Constantine”– y en todas y cada una de las ocasiones en las que se ha estrenado una versión de sus obras, Moore ha cargado duramente contra la industria cinematográfica exigiendo que retiraran su nombre de los títulos de crédito o negándose a percibir dinero alguno por estas versiones.

Ni siquiera se libró de su airada cólera esa joya y obra de culto fílmica titulada “V de Vendetta”. «Leí el guión de ‘V de Vendetta’ –señala el propio Moore–, y sé exactamente lo que harán con él, y no iré a verla. Cuando escribí ‘V’, la política iba a peor en Gran Bretaña. Tuvimos una política conservadora como Margaret Thatcher, disturbios en su contra, y al Frente Nacional y a la derecha en conjunto haciendo serios avances hacia sus ideas. ‘V de Vendetta’ trata sobre todo de cosas como el fascismo y la anarquía. Esas palabras, ‘fascismo’ y ‘anarquía’, no se ven reflejadas en la película. Se ha transformado en una parábola de la era de Bush, en la que la gente es demasiado tímida para hacer sátira política en su propio país. En mi historia original hubo una guerra nuclear limitada en Gran Bretaña, que asoló al país, causó mucho caos y colapsó al gobierno… y una dictadura totalitaria tomó las riendas. Ahora, en la película, tienes a un grupo de siniestros personajes de derecha –no fascistas, pero sabes que son malos tipos– que han fabricado un arma biológica en secreto, con la que pueden causar mucho terror con el fin de persuadir a la gente para que se una a ellos en sus proyectos políticos. Es un intento frustrado, y quizá impotente a la larga, una fantasía liberal estadounidense de alguien con esos valores que se opone a un estado liderado por neo-conservadores, que no es de lo que va de verdad ‘V de Vendetta’. Va sobre el fascismo, sobre la anarquía, sobre Gran Bretaña. Y si los hermanos Wachowski se sintieron movidos a protestar por cómo van las cosas en los Estados Unidos, ¿no hubiera sido más directo hacer algo centrado en el futuro cercano contando las cosas tal y como son hoy en día?».  

La mecha que no prendió Fawkes

El misterioso protagonista de “V de Vendetta” oculta su rostro bajo una máscara de Guy Fawkes, en claro homenaje al llamado “complot de la pólvora” en la que un grupo de católicos trazó un plan para hacer saltar por los aires la Cámara de los Lores durante la apertura del Parlamento y, de paso, eliminar al monarca Jacobo I, su familia y buena parte de la aristocracia protestante en 1605.

Todo ello transcurrió en una época en la que ellos, como católicos, estaban siendo perseguidos en una Gran Bretaña que había creado su propia rama del cristianismo, el anglicanismo.

Jacobo I denunció en 1604 a la Iglesia católica y decidió expulsar a todos los sacerdotes del país y a multar a todo aquel que no asistía a los diferentes servicios de la llamada Iglesia de Inglaterra.

Guy Fawkes se convirtió en el símbolo de un complot para terminar con esta situación al ser arrestado mientras custodiaba multitud de barriles de pólvora puestos debajo de la Cámara de los Lores.

Desde entonces se conmemora este día quemando un muñeco de Guy Fawkes y lanzando fuegos artificiales.

Según cuenta Alan Moore, cuando a David Lloyd se le ocurrió usar a dicho personaje, pensó que Lloyd no estaba tan cuerdo como pensaba. Sin embargo aceptó de inmediato ya que, según Moore, «¿por qué no ensalzar a alguien que intentó volar el Parlamento en pro de la libertad?».

La máscara equivocada

Recientemente, Hugo Weaving –que encarnó a “V” en la adaptación fílmica– arremetió con dureza contra los movimientos de índole fascista que utilizaban la máscara que portaba su personaje.

Recientemente, el actor australiano señaló que «había un grupo que se enfrentaba a una manifestación de Black Lives Matter a punta de pistola, y dos o tres de estos tíos llevaban máscaras de ‘V de Vendetta’. Yo pensé: ‘Hostia, tú, ¡esto no puede ser más opuesto al significado original!’».  

Por su parte, el dibujante que diseñó la sonrisa perpetua e imborrable de Guy Fawkes, David Lloyd, recordó que «me reconforta lo que supone este símbolo. Creo que la máscara es precisamente eso, un símbolo que representa las protestas legítimas y no las contrarias a lo que algunos han querido ver en ella. Es ridículo que el fascismo se la quiera apropiar. La gente la usa como símbolo en las manifestaciones contra la Cienciología, en el movimiento Occupy, Anonymous… Representa a todo el mundo que sufre cualquier tipo de tiranía. Por ello estoy muy orgulloso de la máscara. Y sé que Alan también lo está. Los dos estamos muy contentos que este siendo usada de esta manera».