Ramón Sola

¿Por qué la Ertzaintza desalojó un convento en Ulia 48 horas antes y no la fiesta de Derio?

La fiesta protagonizada en Derio por 67 jóvenes en plena pandemia se ha hecho viral y ha suscitado muchos comentarios. Tantos como la actuación de la Ertzaintza, muy diferente, sin ir más lejos, a la de 48 horas antes en otro convento, en Donostia.

Ertzainas identifican a los participantes en la fiesta de Derio, ya de día. (Ertzaintza)
Ertzainas identifican a los participantes en la fiesta de Derio, ya de día. (Ertzaintza)

Apenas dos noches antes de la fiesta celebrada por 67 jóvenes en una hospedería de Derio a cuya salida esperó la Ertzaintza, pasó casi desapercibida la noticia de una intervención de la Policía autonómica en otra dependencia religiosa: un convento abandonado en Ulia (Donostia).

«Agentes de la Ertzaintza han sorprendido, en la madrugada de este lunes en Donostia, a cuatro mujeres tratando de acceder a un edificio, un antiguo convento en la actualidad desocupado, del barrio de Ulia, las cuales han quedado en calidad de investigadas por un presunto delito de usurpación de vivienda. Las cuatro investigadas han sido sancionadas también por incumplimiento de horario y por no portar mascarilla». Es lo que indicaba un teletipo de agencia en la mañana del lunes.

Como se aprecia, la actitud policial fue muy diferente en uno y otro sitio. En Derio la Ertzaintza apareció «a los diez minutos» de iniciarse la fiesta, según uno de sus participantes, pero no intervino durante toda la noche.

Esperó a la salida de los jóvenes, que se produjo desde las 7.00 hasta las 14.00 del martes. Jóvenes, por cierto, que gritaban «libertad, libertad», según han dejado constancia en un vídeo ampliamente difundido por las redes y las televisiones. Tras ello, la Ertzaintza habría comunicado más de 300 propuestas de sanción por diferentes cuestiones, a cuatro por persona de media.

El Departamento de Seguridad argumenta en Derio que no podía actuar en una instalación privada. En el caso de Ulia, indica que lo hizo en el momento porque fue alertada de la «ocupación», aunque no precisa si por los propietarios o por otras personas.

La diferencia entre ambas actuaciones resulta llamativa en cualquier caso, y más aún si se recuerda cómo ha actuado históricamente contra colectivos y protestas juveniles de otro signo político.

En Ulia, la Ertzaintza indicó que las mujeres, de entre 21 y 39 años de edad, se habían metido en un coche y fueron identificadas allí. Se añade que se les sancionó por incumplimiento de horario y no portar mascarilla. Y se apostilla que se ha comunicado a la autoridad judicial un presunto delito de ocupación. NAIZ desconoce cuál era el objetivo de esas mujeres al acceder al convento.

En el caso de Derio, uno de los jóvenes realizó declaraciones a ETB en las que se jactaba de que habían pasado la noche bailando sin mascarilla y anunciaba que hay ya otra convocatoria similar en días posterior, a la que ofreció invitar a la periodista que le entrevistaba. Según medios del Grupo Vocento, era una fiesta por la que los jóvenes pagaron diez euros de entrada y a la llevaron su propia bebida.

En Derio, los agentes indican que comprobaron que en la hospedería efectivamente se oía música alta, pero añaden que no podían acceder al mismo por las limitaciones legales al tratarse de una falta. De su versión se desprende que no obtuvieron permiso de las propietarias para entrar. La instalación es de las monjas clarisas, que tienen un convento anexo, pero las religiosas han dado a entender que la gestión actual de esa hospedería ha sido transferida a otra persona.

En Ulia el Departamento de Seguridad añade el dato de que las mujeres llevarían material para cortar barrotes y así poder acceder al convento.