Se presentó con éxito en el Festival de Málaga, donde obtuvo el Premio del Público y el de Mejor Actriz para Kiti Manver. No es de extrañar que premiaran a esta gran actriz, porque su caracterización es de mucho mérito, al tener que meterse en la piel de una anciana a punto de cumplir los 80, lo que quiere decir que el papel se sitúa trece años por encima de su edad actual.

En el palmarés también podía haber estado perfectamente el guion coescrito entre el realizador debutante Bernabé Rico y Juan Carlos Rubio, que es el autor de la obra teatral ‘100 metros cuadrados’ (2008) en que se basa la película. La idea parte de los anuncios por palabras relativos a la venta de inmuebles o viviendas con inquilino o inquilina dentro; es decir, el anterior propietario o dueña que se ve obligada a vender su casa por necesidad económica, pero no desea mudarse, con lo que escritura un contrato en el que se aviene a vender su propiedad siempre y cuando le permitan seguir viviendo en ella hasta el fin de sus días.

Una situación anómala que puede dar lugar a los consiguientes problemas de convivencia, y que los autores abordan con toques de comedia costumbrista y humor negro en la rica tradición de Rafael Azcona.

El sevillano Bernabé Rico sustenta su ópera prima en los brillantes diálogos y en la dirección interpretativa, potenciando al máximo el duelo estelar entre las actrices Juana Acosta y Kiti Manver. Ellas saben muy bien cómo llevar el enfrentamiento entre personalidades opuestas: dos mujeres que al principio chocan frontalmente, pero que, a través del aprendizaje diario, descubrirán que pueden ser vitalmente complementarias.

No falta el suspense embromado, puesto que la señora mayor no cuida su salud y parece desafiar a la muerte bebiendo y fumando sin miramientos. La conclusión es optimista y la alegría se impone sobre la pena.