
La manifestación, que debido a las medidas sanitarias ha consistido en tres larguísimas filas que han llegado a ocupar toda la largura de la Avenida del Ejército, partió desde Antoniutti y ha finalizado en el paseo Sarasate, donde había un escenario compuesto por gigantescos paneles con los rostros boca abajo de Franco y sus sucesores (el rey fugado y el actual).
Durante la marcha, con nutrida presencia de ikurriñas y banderas navarras sin la corona, se han lanzado consignas en favor de la independencia y contra la monarquía. Los organizadores estiman una participación superior a las 2.000 personas.
Kizkitza Gil de San Vicente ha lanzado un discurso en euskara y castellano en el que ha afirmado que «denunciar la monarquía es denunciar ese sistema supremacista Español, que sacraliza la unidad de España y reprime, como nosotras y nosotros sabemos, cualquier transformación social y profundización democrática».
Además, ha manifestado que «el verdadero delito, nuestro pecado original, es nuestra determinación para demoler el propio Régimen y sustituirlo, para construir un nuevo orden de cosas, para construir la democracia y la justicia social en todos los territorios de Euskal Herria, para superar la unidad indivisible del reino español e impulsar un proceso que de soberanía a los
pueblos y sitúe Navarra y los demás territorios vascos mirando al futuro».
El origen de la protesta es el procesamiento de 12 jóvenes en la Audiencia Nacional por haber organizado un acto de denuncia y anticolonialista el 12 de octubre. Ese día, se colocaron unas figuras del rey español actual y de Cristóbal Colón que luego fueron derribadas tirando de ellas con una cuerda. Al caer, los muñecos perdieron la cabeza. Se les procesa por un delito contra la corona.

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