Joseba Iturria
Periodista deportivo. Real Sociedad y ciclismo
DESDE LA GRADA

La racha negativa de la Real, la Supercopa y sus cambios convierten a Imanol de héroe a villano

Los dos resultados negativos ante el Betis tras las decisiones del técnico oriotarra han aumentado a dieciséis la racha de partidos oficiales con solo dos victorias. Eso ha coincidido con el título del Athletic en la Supercopa, con la final de Copa en el horizonte más cercano.

Imanol observa una acción entre Merino y Diego Lainez en el partido del sábado de Liga contra el Betis. (Gorka RUBIO/FOKU)
Imanol observa una acción entre Merino y Diego Lainez en el partido del sábado de Liga contra el Betis. (Gorka RUBIO/FOKU)

La película “Match Point” de Woody Allen refleja el pequeño gran detalle que lo marca todo en la vida y en el deporte, con el ejemplo de la bola de tenis que pega en la cinta y puede caer en cualquiera de los dos lados y del anillo que el protagonista arroja al río con la suerte de que golpea en una barandilla y lo recoge otra persona, lo que le permite seguir con su vida normal con su esposa tras matar a dos mujeres, una de ellas su amante embarazada.

El fútbol es un estado de ánimo, un submundo que no tiene memoria y está condicionado por unos resultados que a su vez dependen de pequeños detalles que en los últimos dieciséis partidos oficiales no acompañan a la Real. Porque ha conseguido dos victorias en esta racha, pero también únicamente cuatro derrotas en los noventa minutos reglamentarios, en los que solo el Atlético de Madrid ha conseguido aventajarle en dos goles en algún momento.

La Real compite y, solo con el regreso de Oyarzabal y Guridi a la espera de que se recupere su jugador más importante, David Silva, ya ha mejorado en los partidos jugados tras el parón navideño. Ganó en San Mamés con una gran asistencia del capitán. Superó al mejor Barcelona de esta temporada y solo los penaltis y Ter Stegen le impidieron jugar la final de la Supercopa.

Fue uno de los equipos de Primera que resolvió con más autoridad los dieciseisavos de final de Copa en Córdoba con los suplentes. Dio un baño al mejor Betis de la temporada en la segunda parte del sábado y solo tras la injusta expulsión de Illarra perdió el control y la ventaja en el partido de Copa del Benito Villamarín tras el tercer gol del eibartarra en los últimos tres partidos que ha jugado de inicio.

La Real pudo sentenciar el sábado en las ocasiones de Gorosabel, por partida doble, y de Portu y en la del murciano el martes, pero la pelota cayó en el lado equivocado. Esa falta de acierto unida a los cambios de Imanol en el minuto 75 en la Liga al retirar a los dos mejores jugadores del campo y a las decisiones desacertadas en la Copa, con sustituciones y constantes alteraciones de sistema y de posiciones que perjudicaron a su equipo al quedarse en inferioridad, han motivado que todas las críticas se hayan dirigido al técnico oriotarra.

26 días

Pero el problema no es que se critica las decisiones del entrenador, sino que se llega a cuestionar su capacidad para seguir en el banquillo. Imanol ha pasado de ser héroe y representar a todos los aficionados de la Real cuando golpeaba el césped de San Mamés para celebrar la victoria el día de Nochevieja, a convertirse en villano 26 días después.

Muchos de los que le alababan hace menos de un mes piden incluso su destitución sin recordar los resultados y el buen juego con el que han disfrutado en los dos años del técnico en su segunda etapa en el primer equipo y que en los 26 últimos días el juego del equipo no está tan lejos de su mejor nivel con la ausencia de David Silva.

Pero sigue sin volver el canario y sin él los resultados tampoco llegan. Los ocho puntos de los últimos 30 en Liga y la eliminación en la Copa se han agravado porque en estos 26 días el Athletic ha ganado la Supercopa que deseaba la afición blanquiazul. Si el remate de Villalibre en el minuto 91 no llega a caer del otro lado de la red seguramente el negativismo no se habría adueñado de la afición de esta manera porque, al margen de la rivalidad, está presente la fecha del 4 de abril en Sevilla.

Y se empieza a dar por perdida una final de Copa con los rojiblancos que antes se daba por ganada cuando todavía quedan dos meses para jugarla. De la misma manera que muchos consideran inaccesible la eliminatoria de la Europa League contra el Manchester United por su gran momento y el liderato que ocupa en la Premier League.

Recuperar la confianza y la tranquilidad

De aquí a entonces los estados de ánimo y las dinámicas de los tres equipos pueden cambiar como lo han hecho en estos 26 días. Para ello lo fundamental es que Imanol recupere la tranquilidad que le ha caracterizado en su peor momento tras el confinamiento y acierte en sus decisiones como lo hacía antes. También que los jugadores no pierdan la confianza en su entrenador y en su juego y recuperen su acierto en ataque y su solidez defensiva.

La burbuja en la que viven debe ayudar para aislarse también de las dudas que les rodean y jugar solo un partido a la semana hasta la eliminatoria contra el United permitirá a Imanol plantear cada partido como si no hubiera ninguno después. No lo ha hecho hasta ahora y debe acabar el carrusel de cambios que no ayudan a un equipo como la Real. Que un jugador como Oyarzabal, el mejor del equipo junto a David Silva, no haya jugado ningún partido completo esta temporada no es normal.

Tras la habitual sesión del día posterior a un partido, la Real descansará este jueves y desde entonces concentrará todas sus energías en la Liga, que es la competición más importante. El viernes empezará a preparar el partido del sábado a las 21:00 en el campo de un Villarreal que también está en su mejor racha con una sola derrota en sus últimos 27 partidos oficiales, con cinco victorias y dos empates en los siete últimos.

La Real ha presentado alegaciones a la segunda tarjeta amarilla vista por Asier Illarramendi, al entender que «hay error material manifiesto en el acta arbitral al no existir contacto alguno que cause un derribo por parte del jugador amonestado».

Mateu Lahoz escribió en el acta que mostró la segunda tarjeta al capitán realista por «derribar a un contrario en la disputa del balón de forma temeraria, evitando su avance». Y lo escribió después de que ya le hicieron ver que en la televisión se veía con claridad que no había tocado a Sidnei y que se había equivocado. Sostenella y no enmendalla.