Al rebufo del veinte aniversario del estreno de su principal obra maestra, ‘Deseando amar’ (2020), se está reponiendo lo más granado de la filmografía de Wong Kar-wai, y en esa retrospectiva no podía faltar ‘2046’ (2004), por ser seguramente su creación más personal y a la vez insondable. Su obsesión por las paradojas espacio-temporales adquieren aquí su dimensión total, fusionando las nostalgia del pasado con el escepticismo sobre el futuro porque, aunque el protagonista quiera cambiar las cosas, en realidad todo permanecerá igual.

Hay dos cuestiones claves desde el punto de vista biográfico e histórico, debido a que a Kar-wai le costó adaptarse a su nueva urbe cuando su familia se mudó de Shanghai a Hong Kong y, por otra parte, el simbólico año 2046 es la fecha en la cual concluye el pacto de devolución de Hong Kong firmado por China en 1997.

‘2046’ (2004) culmina la Trilogía del Amor que completan ‘Days of Being Wild’ (1990) y ‘Deseando amar’ (2000), siendo una continuación directa de la segunda película, sobre todo estilísticamente hablando, al mantener su equipo artístico al completo. Sin desmerecer ninguno de los apartados técnicos y creativos, sobresale ahora muy en especial la banda sonora, con las composiciones del japonés Shigeru Umebayashi y una selección de temas irresistible en su conjunto.

De otros compositores para cine rescata al Georges Delerue de François Truffaut, al Zbigniew Preisner de Kieslowski y su ‘No matarás’ (1983) y al Peer Raben de Fassbinder. En los ritmos latinos suena el clásico ‘Siboney’, tanto en la versión de Connie Francis como en la Orquesta de Xavier Cugat.

Tampoco faltan Nat King Cole o Dean Martin cantando ‘Sway’, para rematar con Maria Callas y el repertorio de Bellini, con ‘Casta Diva’ como aria obligada. Música sensual para imágenes a disfrutar al ralentí.