¿Quién es Maite R. Ochotorena? Está formada como guionista de cine y televisión y ha trabajado durante un tiempo en el sector del videojuego.

Hace mucho tiempo. Once upon a time. Había dejado la carrera de Derecho. No encontraba nada que se pareciese a lo que yo quería, que era escribir novela. Y apareció en mi horizonte la escuela de cine y vídeo, que tenía la parte de guion y como es una forma, también, de contar historias, me pareció que se aproximaba. Cuando terminé me surgió la oportunidad de trabajar en videojuegos. Dibujaba, era gráfica y me pareció muy creativo. Era un sector que estaba creciendo, en el que podía aprender muchísimo y durante mucho tiempo trabajé haciendo guiones y gráficos para videojuegos, animando en 2D y 3D. Y abriendo la mente, porque es un medio en el que para contar algo tienes que abrirte a múltiples posibilidades. Aunque no era exactamente lo que yo quería, era otra forma de contar.

¿Y cómo decide que lo que quiere hacer es escribir?

Desde que era una cría lo tenía claro. Cuando tenía 10 años y volvíamos del colegio a casa a mis compañeras de clase las tenía locas porque por el camino me inventaba historias en las que ellas eran las protagonistas. Lo mío era contar y contar. Pero he tardado mucho tiempo en dar el paso de escribir una novela de principio a fin y hacer algo con ella. Mi primera novela estuvo en un cajón mucho tiempo.

Se define inspirada por Edgar Allan Poe, Agatha Christie o Alejandro Dumas. Muy reconocidos y muy dispares.

Como lectora no me gusta solo un género. Leo de todo: ciencia-ficción, novela histórica, thiller… Me gusta la literatura, que me cuenten historias. No me importa cómo me las cuentan. Leo de todo, desde Alejando Dumas con sus novelas de aventuras con ese fondo histórico, como Agatha Christie que es una maga de la psicología o Poe con esos ambientes oníricos.

Un thriller trepidante, que no da descanso al lector. Cuenta la historia de una mujer que despierta en un lugar que no reconoce

Comenzó con relatos cortos y, además, autopublicados.

Todo aquello que había aprendido en los videojuegos a la hora de manejar programas, de edición, a ilustrar portadas… Me ayudó mucho.

Ahora tengo 50 años. Cuando escribí mi primera novela tenía 15. ¡Menos mal que no existe porque es horrible!, pero fue mi primer intento. Nadie nace aprendido. Escribía muchos relatos cortos y reflexiones porque escribir es mi forma de comunicarme y de organizar lo que tengo dentro. Lo hago mucho mejor que hablando. Mi cabeza va muy rápido. Escribiendo surge todo mucho más natural. He escrito mucho relato corto porque me encanta. No es nada fácil escribir en menos espacio todo lo que tienes en la cabeza.

Ahora presenta ‘La mensajera del bosque’. Sin desvelar demasiado, ¿qué nos vamos a encontrar aquí?

Un thriller trepidante, que no da descanso al lector. Cuenta la historia de una mujer que despierta en un lugar que no reconoce. Se siente muy enferma y su cabeza no funciona bien. Tiene una amnesia que le impide recordar cómo ha llegado allí, quién era, qué es lo que ha hecho. Solo sabe su propio nombre. Y tiene el cuerpo lleno de cicatrices recientes. Eso le genera inquietud. Solo encuentra una nota de su hermano que le dice que ha sido él quien le ha llevado hasta allí y que no se mueva hasta que vaya él a buscarle, pero no aparece. Ella decide salir de ese lugar de seguridad, entre comillas, para enfrentarse a la oscuridad que nubla su mente. Lo hace en un Madrid que está siendo sacudido por desapariciones inexplicables que traen a las autoridades de cabeza.

Repite ese interés por los lados más oscuros del ser humano.

Me da un poco de miedo esa capacidad de destrucción que tenemos, pero también somos capaces de generar una gran belleza, de hacer cosas maravillosas. Pero esa parte oscura me genera gran inquietud y en todas mis novelas voy escarbando y buscando respuestas y es mi manera de hacer frente a esos miedos o fantasmas que todos llevamos por dentro. Creo que la única manera de derrotarlos es poniéndoles cara. Yo lo intento.

Define la obra como un ecothriller. ¿Puede explicarme ese concepto?

En esta novela la protagonista es la naturaleza. Es un personaje más, de carne y hueso, para lograr que el lector se sienta más identificado y empatice con ella. He logrado que la naturaleza se comunique con nosotros, que nos mire a los ojos, que nos haga recordar que este es nuestro mundo, que formamos parte de él y que no puede ser que lo estemos destruyendo como lo estamos haciendo. La novela es un canto a la vida, intenta que nos paremos, que reflexionemos. Ese mensaje se presenta envuelto de suspense.

Entonces, también tiene un mensaje reivindicativo.

Eso es. Ya hemos visto durante el confinamiento, que hemos estado encerrados entre cuatro paredes, cómo la vida, en cuanto le damos una oportunidad, se abre camino y se recupera. Veíamos esos cielos despejados sin contaminación por primera vez en no sé cuánto tiempo o como los animales asomaban en lugares insospechados.

Volvamos a su trayectoria. La primera novela fue publicada en 2014 (escrita de 2007) y esta es ya la novena. No ha parado. De hecho, está presentando ‘La mensajera del bosque’ y ya ha empezado con otra.

No lo puedo evitar. Cuando termino una novela, o antes, ya me viene la idea de las cosas que quiero contar en la siguiente. Tengo tantas cosas que contar… He tardado 44 años en ponerme en serio con ello y es como si todo ese tiempo que no he estado haciendo lo que debía quisiera salir de golpe. Por ahora estoy dando forma a la siguiente.

Esa trayectoria la ha forjado puerta a puerta, pueblo a pueblo. ¿Cómo es esa historia?

Un camino precioso. Tenía mi primera novela escrita, que la publique con una editorial pequeña de Barcelona. Con tan mala suerte que cerró. Tenía cajas y cajas y cajas de novelas. Decidí darme a conocer. Llené mi carrito con libros y salí a la carretera. He visitado pueblos de Gipuzkoa, Bizkaia, Araba, Nafarroa, Burgos, La Rioja… Mis primeros lectores fueron gente que me habría la puerta y me escuchaba y cuando empecé en Amazon fueron ellos quienes me dieron ese primer impulso.

No es fácil ponerse delante de un desconocido a decirle «mire he escrito un libro…». Pero había estado trabajando como comercial unos años, una época difícil que tuve. Es algo que nunca hubiera pensado que fuese a hacer. Soy muy tímida y eso de estar vendiéndole algo a alguien por la calle como que no va conmigo. En los cuatro años que estuve de comercial no escribí ni una sola línea. Era tal el estrés y la presión que la creatividad desaparecía. Iba en contra de mí. Y tenía en el cajón esa primera novela y dije «ahora o nunca». Me veía con 80 años pensando que ni siquiera lo había intentado. Y cogí el mismo carrito que utilizaba como comercial y lo llené con mis novelas. Empecé por los pueblos más cercanos. Aparcaba a las afueras y calle por calle entraba en cada tienda. Daba igual que fuese una tienda de ropa, una peluquería… cualquier sitio. Y mi sorpresa fue que la gente me escuchaba y querían leer lo que había escrito. Ellos fueron mis primeros lectores.

El proceso lo repetí con las siguientes novelas y los primeros lectores esperaban los nuevos trabajos. Al mismo tiempo, publicaba en Amazon. Y de esa manera he ido ganando, poco a poco, gente que me sigue leyendo lo que publico. El boca a boca es lo que mejor funciona.

Amazon tiene dos caras. Es un monstruo, una apisonadora. Pero, de cara a autores independientes, nos ha ofrecido una oportunidad

¿Y cómo llega el salto a una editorial como Planeta?

Empecé a llamar la atención con mis novelas, tenía más presencia, más lectores, estuve como número 1 de Amazon muchos meses y me contactó Pablo Álvarez de Editabundo, al cual estaré eternamente agradecida, y leyó ‘La mensajera del bosque’, se la presentó a Planeta y apostaron fuerte por ella.

Para muchos pequeños comercios Amazon supone la ruina. Sin embargo, a usted le ha abierto las puertas de este mundo.

Amazon tiene dos caras. Por una parte, es cierto, es un monstruo, una apisonadora. Cada vez la gente compra más por Internet y se lo va comiendo todo. Pero, por otro lado, de cara a autores independientes, nos ha ofrecido una oportunidad poniendo a nuestra disposición una forma de llegar a la gente de forma sencilla, rápida y eficaz. Y mucha gente está teniendo una oportunidad gracias a ello.