El británico Paul W.S. Anderson, no confundir con el estadounidense Paul Thomas Anderson, fue uno de los pioneros en llevar videojuegos a la gran pantalla, y sigue apostando por este tipo de adaptaciones a pesar de que nunca terminan de lograr el consenso entre gamers y cinéfilos.

De alguna manera se las ha arreglado para completar con ‘Residente Evil’ (2002-2017) una franquicia de seis películas, todas ellas protagonizadas por su pareja, la actriz ucraniana Milla Jovovich, a la que se unió tras su ruptura con otro director, un Luc Besson cuyo gran ego no estaba llamado a compartir proyectos de futuro con nadie.

Milla y Paul ya van para dos décadas juntos y ella vuelve a ser la estrella de ‘Monster Hunter’ (2020), una gran producción de 60.000 dólares, financiada principalmente por la compañía alemana Constantin Film, capaz de hacerle la competencia a Hollywood desde el exterior. El rodaje tuvo desarrollo en Sudáfrica, con preponderancia de las localizaciones desérticas.

El reto consiste una vez más en lograr que la película funcione en la taquilla internacional lo suficiente como para dar lugar a una saga duradera, ya que de momento esta primera entrega sirve de promoción para el lanzamiento de dos nuevos videojuegos de la marca Capcom para Nintendo Switch, titulados ‘Monster Hunter Rise’ y ‘Monster Hunter Stories 2’.

El gancho consiste en que la heroína Artemis funciona al igual que el avatar que maneja el jugador desde la consola, con la diferencia de verse relegado a mero espectador. En cualquier caso, actúa como su guía en la aventura de una fuerza militar que, durante una misión en un país árabe ocupado, se ve trasladada a otra dimensión, en la que deberán sobrevivir reconvirtiéndose en cazadores de los grandes monstruos que la habitan.

El tailandés Tony Jaa es el cazador que la acompaña.