Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Reunión entre Brandauer e István Szabó

Hungría. 2020. 118’ Tit. Orig.: ‘Zárójelentes’. Dtor. y guion: István Szabó. Prod.: Pál Sándor y Attila Tozsér. Int.: Klaus Maria Brandauer, Károly Eperjes, Éva Kerekes, András Stohl, Dorottya Udvaros, Mari Csomós, Tímea Virga, Dorina Matrinovics, Péter Andorai, Ági Szirtes, Eszter Csákányi.

La maestra local (Éva Kerekes) y el médico (Klaus Maria Brandauer). (NAIZ)
La maestra local (Éva Kerekes) y el médico (Klaus Maria Brandauer). (NAIZ)

Película que reúne de nuevo a un grupo de viejos camaradas que triunfaron en el pasado trabajando juntos, y que son el director István Szabó (83), el actor Klaus Maria Brandauer (78) y el maestro de la fotografía Lajos Koltai (75). En concreto, esta es la cuarta colaboración entre el cineasta húngaro y el actor austriaco, en una conexión artística que recuerda el legado cultural del imperio austrohúngaro. Anteriormente coincidieron en la oscarizada ‘Mephisto’ (1981), en ‘Coronel Redl’ (1984) y en ‘Hanussen el adivino’ (1988), títulos que marcaron la época dorada de la distribuidora Araba Films. Por todo ello ‘El médico de Budapest’ (2020) no deja de ser una obra autorreferencial, a modo de modesto y sencillo testamento fílmico. Lo indican así los detalles personales y biográficos, porque el padre del director fue médico, al igual que lo es el del personaje o alter ego asumido por Brandauer.

Una obra tardía de Szabó a la que le han perjudicado las comparaciones con el clásico de Ingmar Bergman ‘Fresas salvajes’ (1957), si bien el estilo es más costumbrista con toques de humor surrealista. Las relaciones que mantiene el protagonista con el resto de personajes son muy extrañas, tal vez porque su regreso al pueblo natal se produce después de muchos años trabajando en un hospital de la capital, y de ahí el título de la versión doblada.

Con esta figura de la medicina que no encaja en su nuevo destino en la atención ambulatoria, Szabó se desmarca por completo de la tendencia actual que idealiza la vida rural, al sacar a relucir todos y cada uno de los defectos de las pequeñas comunidades, donde la convivencia puede llegar a ser incómoda y carente de privacidad. De entrada el doctor Stefanus choca con el alcalde, que prefiere invertir en la promoción turística en lugar de hacerlo en el equipamiento médico que se le solicita con toda la urgencia del mundo.