La gente que disfruta con el género terrorífico está deseando que alguien como James Wan haga algo nuevo en su calidad de rey actual del susto cinematográfico, pero por su lado la industria de Hollywood reclama al autor de origen oriental como hacedor de entregas de éxito para las franquicias más comerciales, tras ver los resultados millonarios obtenidos con su particular aportación a ‘Fast & Furious’ o ‘Aquaman’.

Esto no quita para que se le siga viendo como el iniciador de ‘Saw’, ‘Insidious’ o ‘The Conjuring’, motivo por el que ‘Malignant’ (2021) es recibida como otro arranque de una futura saga de horror. Hay un sector de la crítica especializada que le está esperando con las plumas afiladas, debido a que siempre se la ha acusado de abusar de la técnica del jumpscare, golpe de efecto que persigue el sobresalto del espectador, mediante el inserto repentino de una imagen inesperada acompañada de una subida atronadora y muy puntual del volúmen de sonido.  

Quienes exigen a James Wan que sorprenda con algo diferente se olvidan de que siempre ha sido fiel a un estilo propio, basado en el trabajo con un equipo técnico que no varía, y que en ‘Maligno’ (2021) vuelve a ser de su absoluta confianza. Es un trabajo orientado a encontrar la forma de visualizar y materializar lo intangible, en definitiva todo aquello que se entiende por sobrenatural.

Para ello parte aquí en un guion que ha coescrito personalmente de los traumas de infancia relacionados con el concepto de amigo imaginario. El de la protagónica Annabelle Wallis responde al nombre de Gabriel y, aunque de niña lo viera como un compañero de juegos, cuando esta es adulta se empieza a manifestar como una presencia diabólica.

Este fantasma del pasado se cuela a través de sus pesadillas, que las vive con verdadera angustia, confundiendo la dimensión onírica con la realidad.