El número uno en la taquilla se vio confirmado con el triunfo en los premios César, gracias al total de siete estatuillas obtenidas por ‘Adieu les cons’ (2020), incluidas las de Mejor Película y Mejor Dirección. Pero fuera del mercado francófono el séptimo largometraje del actor y cineasta Albert Dupontel no está obteniendo la misma repercusión, tal vez porque su estilo, ya desde la provocadora ópera prima ‘Bernie’ (1996) ha sido siempre muy efectista, con un gusto por los movimientos de cámara mareantes en consonancia con situaciones chocantes, estética estridente a la que ahora hay que añadir la saturación de colores empleada por el director de fotografía Alexis Kavyrchine.

Y es que los personajes por los que Dupontel muestra un cariño especial se salen de la norma y resultan muy estrafalarios, actuando siempre a contracorriente o al margen del sistema.

Por no hablar del que él mismo se incluye en el trío estelar, incorporando a un informático depresivo cuyo violento intento de suicidio resultará muy accidentado para los demás, pero también servirá para ponerle en contacto con la protagonista. Virginie Efira encarna a una mujer que, bien rebasados los cuarenta años de edad, se propone buscar al hijo que abandonó en su juventud, debido a que se encuentra muy enferma.

A la paciente terminal se suma también un archivero invidente, al que un abuso policial provocó la perdida de la visión, motivo por el que odia a las fuerzas de la ley y se une a esta cruzada.

Los tres habrán de enfrentarse a la burocracia tecnológica de nuestros días, dentro de una fábula burlesca repleta de humor negro. Hay un cameo de Terry Gilliam, dado que las referencias a ‘Brazil’ (1985) están tan presentes como las que aluden directamente a ‘Amélie’ (2001), con un flash-back de número de baile juvenil al ritmo de Mano  Negra y ‘Mala vida’.