¿Qué es Gipuzkoako Senideak?
Es una asociación conformada por familiares y usuarios de residencias, que cuenta con algo más de 400 socios y socias. Está inscrita desde setiembre de 2019. A finales de 2018, cuando empezaron las huelgas, ya nos empezamos a reunir. Básicamente nació entre Txara y los problemas que había en Berra (ambos centros en Donostia). Pero empezamos a hablar con gente de otras residencias y vimos que había los mismos problemas.

¿Les ha sorprendido el informe sobre Txara I?
No, porque lo venimos denunciando desde el principio. Hace casi dos años me hicieron una entrevista en ‘Berria’ y lo que yo venía a decir era eso, las carencias que había, lo que se ha denunciado ahora. A la Diputación continuamente le hemos estado diciendo que hay falta de personal, ellos lo saben todo. Pero claro, mientras no reviente el negocio sigue adelante.

Se tiene a las personas un montón de horas, o bien encamadas o bien sentadas sin cambiar pañales, sin atender como es debido. Igual en un comedor alguien levanta la mano para ir al baño y no le atienden, le dicen ‘méate en el pañal y ya irás a cambiarte cuando te toque’. Muy triste.

El tema de la comida en Txara I es de catering, de la empresa Gasca, que estuvo implicada en las movidas de los comedores escolares. Traen la comida desde Vitoria.

Ahora les quitan los zumos. A pesar de que son una porquería, tipo Tang, en polvo, los toman a gusto. Ya sabemos que es muy dulce, que por ejemplo para los diabéticos es peligroso, pero también la comida que traen, todo patata y cubitos de carne.

Ya cuando empezaron las huelgas se multiplicaban las carencias. Nosotros íbamos a ver a la ama todos los días, le ayudábamos a acostarse a las noches, y ya veíamos el trajín que había. Las mujeres del turno de tarde tienen que dejar a la gente acostada antes de irse a casa, como muy tarde para las ocho y media o nueve menos cuarto todo el mundo en la cama.

Y hasta el día siguiente que les levantan son cantidad de horas que la gente está en la cama, que no les mueven, que no están alimentados. Luego vienen las deshidrataciones, las infecciones de orina porque llevan un montón de tiempo con el pañal húmedo, las mujeres con llagas en sus partes…

Todo lo que ha salido ahora lo venimos denunciando desde antes.

En el fondo existe un conflicto laboral, en el que la Diputación alega que no se va a inmiscuir…
La historia es que la Diputación no quiere poner más dinero, y la patronal dice que no va a dejar de ganar. La solución sería que la Diputación aportara más dinero para que ampliaran las plantillas. Eso para empezar. El conflicto en las residencias no es nuevo, no tienen convenio provincial desde hace un montón de tiempo.

En la huelga anterior, con EH Bildu en el Gobierno foral, Susana García Chueca (PSE) denunció públicamente que no era una cuestión de patronal y sindicatos, que la solución tenía que venir de la Diputación. Ahora, como son socios de Gobierno, no dicen lo mismo.

La historia está bien clara, no se soluciona por intereses económicos, no porque no haya dinero público para poner.
 
En este caso concreto se trata de un centro que gestiona una empresa llamada Biharko…  
Biharko es una empresa del PNV, así de claro. Una de las fundadoras está en el equipo de Políticas Sociales de la Diputación, Txaro Rodrigo. El jefe de médicos de Biharko es Joseba Muñoz, que trabaja en Aldakonea y fue uno de los fundadores. Son gente de alrededor del PNV.

Han creado Adinberri, que se supone que es para estudiar el envejecimiento. Van a gastar un pastón en Pasaia. En Bizkaia han hecho Nagusi Intelligence Center, en Araba también se han gastado una pasta, y decimos ‘a ver, que se haga a nivel de Euskal Herria un bicho de esos, pero no en cada Diputación gastar un montón’.  Claro, luego los cargos van a dedo.

Y luego está el rollo de Kabia, que creo que nació cuando estaba Ander Rodríguez (EH Bildu) de diputado de Políticas Sociales. La idea era que la Diputación absorbiera a las residencias municipales que por tema económico no se pudieran sostener, pero claro, estos vienen, se hacen cargo de los centros y ceden la gestión a empresas privadas.