Txisko Fernández
Donostia

Trabajadoras de residencias lo confirman: 14 horas sin comer y, en Txara, una ducha a la semana

La inspección realizada en Txara I se ha quedado corta: sus conclusiones pueden extenderse al conjunto de residencias de Gipuzkoa y los casos en los que pasan más de 14 horas entre la cena y el desayuno no son aislados. Así lo han ratificado este jueves trabajadoras de residencias afiliadas a ELA.

«Lo que dijo Maite Peña ayer no es cierto, sino todo lo contrario». Así ha replicado Rosi a las justificaciones de la diputada foral de Políticas Sociales ante la inspección realizada en Txara I, cuyo contenido fue difundido este miércoles y que ha puesto de manifiesto irregularidades en esta residencia donostiarra relacionadas por la falta de personal sanitario y los horarios prolongados que muchos residentes pasan acostados en sus camas.

Este jueves, una quincena de trabajadoras de residencias han dado testimonio, en una comparecencia que ha tenido lugar en la sede de ELA, de la situación «indecente e inhumana» que, como ha subrayado este sindicato, se vive diariamente en los centros de Gipuzkoa.

Rosi trabaja en Txara I y, como muchas de sus compañeras, ha indicado que es habitual que las personas residentes pasen 14 horas o más sin ingerir comida alguna, entre la cena y el desayuno:  «Son 100 las que pueden estar hasta 14 horas encamadas; las 16 restantes hasta más horas».

Además, ha relatado que a la mayoría de los residentes se les ducha solo «un día a la semana». «El resto de los días –ha explicado– se les pasa por el cuerpo una manopla y, si se ensucia mucho, usamos otra toallita». Ha puntualizado que algunos, «quienes protestan», tienen pautada la ducha dos veces a la semana.

«Ahorrar tiempo» ante la falta de personal

«Todo esto, para ahorrar tiempo por falta de personal», ha comentado esta trabajadora como conclusión a su relato y al de las compañeras que le han precedido en el turno de palabra: Maider, Ángela, Carla, Matilde, Marijo, Olatz… Estos son algunos de sus testimonios:

En la residencia San Juan de Zumaia, gestionada por Zaintzen: «Cuatro o cinco usuarios son levantados, aseados y les dan el desayuno a las 5.30 de la mañana para que las auxiliares del turno de mañana puedan llegar a completar su trabajo».

En Alai-Etxe, también en Donostia y gestionada por Biharko como la de Txara I: «Empiezan a dar de cenar a las 19.00 y el desayuno no empieza hasta las 9.30. Por lo tanto, casi todos los usuarios, unos 70, pueden llegar a estar más de 14 horas en la cama».

En Villa Sacramento, Donostia y gestionada por DomusVi: «Empiezan a dar de cenar a las 19.00 y los desayunos no terminan antes de las 11.00. Hay usuarios que pueden estar hasta 20 horas en la cama».

Han sido intervenciones muy breves, casi pinceladas, y en esta comparecencia no estaban «todas las que pueden estar aquí, de casi todos los centros de Gipuzkoa», como ha señalado el representante de ELA, Txomin Lasa, que ha manifestado que estas son las razones de fondo de «las luchas y huelgas tan largas» que están llevando a cabo estas trabajadoras, que han cumplido 250 días de huelga en los últimos tres años.

ELA: «Son deficiencias estructurales»

Lasa ha incidido en que «las deficiencias en las residencias de Gipuzkoa son estructurales» y que las conclusiones de la inspección realizada, «a instancias de ELA», por la propia Diputación en Txara I «no son más que una pequeña muestra de lo que acontece en el día a día de los centros de este territorio».

Por ello, ha indicado que la reacción de la diputada foral de Políticas Sociales a la difusión de este informe solo puede deberse a «que no tiene la información porque las empresas no se la pasan o que miente». «No digo que Maite Peña esté mintiendo, quizás no sabe lo que está pasando», ha reiterado.

En este contexto, ha señalado que en los últimos años a la sociedad guipuzcoana se le están trasladando «dos realidades, la que cuentan las trabajadoras y la que cuenta la Diputación». Y ha asumido que el Gobierno foral ha podido  «silenciar» en gran medida a las trabajadoras, que son empleadas de empresas privadas, a las que se paga con dinero público a través de las concesiones de este servicio.

También ha comentado que, si otras inspecciones no sacan las mismas conclusiones que la realizada en Txara I es, sencillamente, porque se avisa a los centros desde la Diputación. Además, ha señalado que «los únicos días en los que las plantillas están al 100% son los que hacemos huelga; entonces se cubren todas las bajas, las vacaciones… porque esos días son más susceptibles de que haya una inspección».

La escasez de plantilla –que, como ha recalcado ELA, es la causa del deficiente servicio que se presta a las personas residentes y de las precarias condiciones que sufren las trabajadoras– es el problema a solventar, para lo cual este sindicato «tiene tendida la mano a la Diputación», que, sin embargo, ni siquiera le ha contestado a «la infinidad de peticiones de reunión hechas» tanto a Peña como al diputado general, Markel Olano.

En concreto, ha recordado la campaña que realizaron hace unos años con el lema «Cuídame al menos dos horas», un objetivo que ahora le parece insuficiente, con la que querían poner de manifiesto que los 90 minutos que fijó la Diputación por decreto para cada persona y día no llegan para levantar al residente, asearlo, moverlo –porque no todos pueden hacerlo por sí mismos–, darle de comer…

Solo pasando de 90 a 120 minutos, en Gipuzkoa haría falta incrementar un 30% las plantillas, mientras que en Araba y Bizkaia deberían doblarse. Y, en este punto, ha advertido de que, con tan malas condiciones de trabajo, cada vez es más difícil reclutar gente.

Diputación de Gipuzkoa: «Un hecho puntual»

Apenas una hora después de concluir la comparecencia en la sede de ELA y «ante la gravedad de las acusaciones realizadas, el Gobierno foral ha respondido a través de una comunicación enviada a los medios, en la que ha destacado que las inspecciones que realiza en las residencias de mayores «funcionan y permiten detectar las insuficiencias que pudiera haber en los servicios». Según ha indicado, «el 75% de las inspecciones se realiza sin previo aviso y el pasado año ese porcentaje fue del 96%».

La portavoz de la Diputación, Eider Mendoza, ha informado de que que la institución foral «está en contacto con la empresa gestora para analizar y esclarecer los hechos detectados el pasado 1 de septiembre en la residencia Txara I». Ha puntualizado que esta inspección «dio como resultado un informe preliminar que está siendo completado y que será dado a conocer una vez esté terminado».

También ha defendido que «los ratios de Gipuzkoa están por encima de lo que fija el decreto del Gobierno Vasco», ya que los fija en 0,36 personas trabajadoras por plaza cuando en este herrialde es de 0,497.

Mendoza ha dicho que «un hecho puntual no puede ni debe menoscabar la reputación de la red construida de manera colaborativa durante tantos años», insistiendo en queo «carencias puntuales no pueden ser utilizadas por el mencionado sindicato en beneficio de sus propios intereses, dañando a todo el sistema de cuidados de Gipuzkoa, uno de los más avanzados e innovadores de nuestro entorno».

Familares rebaten al Gobierno foral

Si desde ELA se ha puesto énfasis en que solo uno de los dos relatos anteriores coincide con la realidad, Gipuzkoako Senideak ha dejado claro que el verdadero no es el del Gobierno foral. En un comunicado difundido este mismo jueves, ha asegurado que las inspecciones están «pactadas o se avisan previamente a la dirección del centro». «Hasta en Singapur saben cuándo se van a realizar las inspecciones», ha añadido.

La asociación de familiares de personas usuarias de residencias ha comentado que no les sorprende el informe sobre Txara I porque vienen denunciando desde hace tres años «la falta de personal en este y otros centros gestionados por la misma empresa», Biharko Gipuzkoa SL.

Como ejemplo, ha explicado que la falta de fisioterapia «ha sido patente durante todo este tiempo», así como la falta de actividades diarias debido a que las monitoras de tiempo libre «realizan otro tipo de tareas desde que comenzó la pandemia», por lo cual «el aislamiento al que han sido sometidas ha sido brutal».

Igualmente, ha resaltado la bajas y vacaciones no cubiertas «en puestos tan importantes como enfermería, psicología, medicina o auxiliar de gerontología».

Gipuzkoako Senideak ha mostrado expresamente su apoyo a todas las trabajadoras de las residencias y ha animado a que se «denuncien estas situaciones tan injustas, tanto para las personas residentes como para todas las trabajadoras del sector».