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El partido del chií Al Sadr se declara la primera fuerza tras las legislativas en Irak

El bloque del clérigo chií Muqtada Al Sadr se ha proclamado la primera fuerza parlamentaria tras las elecciones legislativas en Irak del domingo, que registraron una abstención histórica. Al Sadr ha advertido contra las «interferencias» en la formación de un nuevo Gobierno.

Seguidores de Al Sadr celebraban ya ayer la victoria. (Ali NAJAFI/AFP)
Seguidores de Al Sadr celebraban ya ayer la victoria. (Ali NAJAFI/AFP)

Los resultados preliminares en las elecciones legislativas de Irak otorgan la victoria al partido del clérigo chií Muqtada Al Sadr, que ya se ha proclamado vencedor al obtener al menos 73 escaños de los 329 que forman el Parlamento y ser, por tanto, «el mayor bloque».

Al Sadr ha pronunciado este lunes un discurso en el que ha insistido en que son «el mayor bloque» parlamentario, por lo que ha invitado a sus seguidores a celebrarlo. En su intervención, el líder sadrista también se ha dirigido a la comunidad internacional para advertir que «no se interfiera en los asuntos iraquíes o en la formación de un nuevo Gobierno».

Por otro lado, ha pedido que las armas sean confiscadas por el Estado, «incluso aquellas de los que reclaman la resistencia».

Los comicios de este domingo han registrado la participación más baja de la era post Sadam Hussein, de en torno al 41%, y en Bagdad ha llegado a bajar al 30%

Las parlamentarias, anticipadas, fueron convocadas tras la grave crisis política en la que se vio sumido el país tras las masivas movilizaciones registradas en 2019, que forzaron la dimisión del Gobierno y la aprobación de una nueva legislación electoral.

Sin embargo, no han conseguido atraer la participación de los participantes en las protestas, decepcionados con la corrupción y el sectarismo de los grupos dirigentes.

Las protestas, que estallaron en octubre de 2019 y se saldaron con más de 600 muertos, supusieron una nueva muestra del desencanto de la población con la clase política ante los numerosos casos de corrupción, el mal estado de los servicios públicos y la crisis económica imperante en Irak.