Emmanuel Macron no ha oficializado su candidatura a la reelección pero ha optado por reforzar su comunicación política con anuncios de impacto social.

Tras su discurso de exigencia climática en la COP26 –obviando que su gobierno ha sido condenado en los tribunales por no cumplir con el precedente Acuerdo de París– este martes ha lanzado un mensaje a los más jóvenes.

Ha presentado así, a través de «una carta a las nuevas generaciones», publicitada en la web del Eliseo y también en su cuenta en Facebook, el que ha bautizado como Contrato de Compromiso Juvenil que, según los cálculos de su gobierno, debería beneficiar a unos 500.000 jóvenes de entre 16 y 25 años de edad.

Mientras formaciones sindicales y candidatos de izquierda abogan por extender a los jóvenes la garantía de ingresos o RSA, con vistas a achicar la bolsa de precariedad juvenil acentuada por la pandemia, el presidente francés se ha destapado con una oferta diferente: propone una percepción de hasta 500 euros mensuales a jóvenes que no sigan estudios ni tengan un trabajo y que estén dispuestos a seguir una formación orientada, en buena medida, a trabajar en sectores «con dificultades para encontrar trabajadores».

Los sindicatos han venido denunciando que esa penuria de contrataciones a a que aluden diversos sectores, de la hostelería al sector sociosanitario pasando por algunas ramas industriales, obedece a que «los salarios que se ofrecen son bajos y las condiciones de trabajo difíciles».

Más ofertas, pero en que condiciones

Hadrien Clouet, investigador en sociología del trabajo en la Universidad de Toulouse, contesta las cifras que hablan de un aumento de las ofertas de empleo del 40,3% frente a un 9,4% del aumento de los contratos firmados en Ipar Euskal Herria.

«Es importante analizar el contenido de esas ofertas porque la cuestión no es que quien busca un empleo pone las cosas difíciles sino que existen propuestas de contratación inaceptables o simplemente ilegales», aseguraba el experto en una reciente entrevista con ‘Mediabask’.

La iniciativa de Macron parece buscar, en parte, facilitar mano de obra a los sectores que necesitan operarios pero que, a tenor de las cifras que facilita Pôle Emploi, cuando encuentran trabajadores tampoco optan por proponerles contratos largos. Toda una paradoja.

De ahí que Clouet señale que «la cuestión no es crear empleos, sino crear empleos de duración, ya que es infinitamente mejor que solo se creen 400.000 contratos de duración indefinida a que se firmen un millón de contratos de un mes».

Un mes antes de las elecciones presidenciales

El Contrato de Compromiso que propone Macron en su «carta a las nuevas generaciones» entraría en vigor en marzo de 2022, esto es un mes antes de la elección presidencial.

A la espera de conocer los detalles, en el correo hecho público por el presidente francés y publicitado este 2 de noviembre también por su primer ministro, Jean Castex, se plantea que jóvenes que no estén estudiando ni tengan un empleo puedan ser seleccionados para ese programa a cambio de que se comprometan a realizar entre 15 y 20 horas de formación semanal para descubrir un oficio, una formación, u orientarse a un empleo.

«Podrán recibir una subvención de hasta 500 euros al mes bajo condición de que cumplan ciertas condiciones de ingresos, de su asiduidad a los cursos y de la aceptación de las ofertas de trabajo que se deriven», precisa el presidente francés en ese correo.

El dispositivo sucede en el tiempo a la entrada en vigor de una reforma del sistema de percepción del subsidio de desempleo que se traduce en una reducción paulatina del montante percibido, lo que rompe con el modelo precedente en el que se cobraba la misma cantidad hasta el final del periodo de cobertura.