¿Por qué el Parlamento permite que le chuleen?

Captura de una parte de la breve participación del consejero Javier Hurtado en el programa.
Captura de una parte de la breve participación del consejero Javier Hurtado en el programa.

El consejero de Turismo, Comercio y Consumo de Lakua, Javier Hurtado, apareció en la final del concurso “Masterchef” de TVE el 13 de julio. Josu Estarrona le preguntó desde el Parlamento si se había pagado por ello y Javier Hurtado respondió por escrito a la Cámara que el programa formaba parte de una promoción en el marco de la semana de los Soles Repsol y que el acuerdo no tenía una partida específica para “Masterchef”. Y también se quiso saber si se había puesto como condición la presencia del consejero en el programa, a lo que no contestó.

Pero resulta que el contrato, que Hurtado ha tenido que remitir al Parlamento por petición de EH Bildu, recoge un pago de 180.000 euros por una rueda de prensa, un viaje de periodistas, una comida y el mencionado programa. Es decir, pagar se pagó. Y además figura que Repsol se compromete a que “Masterchef” «incluya al Consejero de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco o, en su defecto, a quien este designe entre el Jurado de la Prueba, en representación del destino que acoge la grabación». Y allí estuvo y habló unos segundos.

Con medias verdades y elusiones, el consejero transmitió una información fraudulenta nada menos que al Parlamento. Pero no es nada nuevo. El lehendakari ha trastocado datos y hasta negado ante el pleno que en una conferencia hubiera dicho lo que la grabación del acto demostraba que había dicho. También el vicelehendakari y consejero de Seguridad se ha hecho el ciego varias veces ante lo que se veía claramente en sendos vídeos o lo que figuraba en un contrato firmado por él mismo. Y la consejera de Salud pretendió desmentir lo que se podía leer en su intercambio de whatsapp sobre las vacunaciones.

No son comportamientos aceptables en cargos públicos que se deben a la ciudadanía en general y han de rendir cuentas al Parlamento en particular. Pero nadie defiende a la Cámara y se acepta que se le chulee. Quizá sea porque creen que solo se están riendo de la oposición.