Marcel Pena

El aranés, la otra víctima de la decisión del Tribunal Supremo contra el catalán

La decisión del Tribunal Supremo de imponer un cuarto de las asignaturas en castellano no solo afectará al catalán, sino también al aranés, dialecto del occitano hablado en el Valle de Aran. Con cerca de 2.000 hablantes habituales, el aranés es oficial en su comarca, así como en toda Catalunya.

Carteles en aranés en el paso del Camino de Santiago por el Valle de Aran. (DIPUTACIÓ DE LLEIDA)
Carteles en aranés en el paso del Camino de Santiago por el Valle de Aran. (DIPUTACIÓ DE LLEIDA)

La decisión del Tribunal Supremo español de imponer el castellano como lengua vehicular en, al menos, el 25% de las materias en la educación de Catalunya no afecta únicamente al catalán. El aranés, dialecto del occitano oficial en el Valle de Aran, también verá su importancia reducida en esta comarca catalana, donde goza de una posición predominante en la enseñanza, junto al catalán, francés y también el castellano.

Se da la circunstancia de que el Valle de Aran es el único territorio occitano donde la lengua es oficial y cuenta con un cierto nivel de protección. Una oficialidad, compartida con el catalán y el castellano, que no se limita al ámbito comarcal, sino que se extiende a toda la comunidad autónoma de Catalunya.

Hay que recordar que, según datos del Conselh de la Lenga Occitana, entre 1,5 y 3 millones de personas hablan occitano en los territorios nacionales distribuidos por cuatro estados: el Estado francés, el español, Italia y Mónaco. En 2018, el 19,7% de los 9.983 habitantes del Valle de Aran tenía el occitano como lengua habitual, lo que significa que la lengua propia contaba con cerca de 2.000 hablantes.

Con la decisión del Tribunal Supremo, aranés y catalán verán reducido su espacio en la educación del Valle en detrimento del castellano, que deberá ser la lengua vehicular de al menos un cuarto de las asignaturas. Esta sentencia se suma a la del Tribunal Constitucional, que en 2018 anuló la condición de «preferente» del aranés en la administración del Valle de Aran. Así lo aprobó el Parlament en 2010, aunque en julio de 2011 el Gobierno español, entonces presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, recurrió la Ley 35/2010, finalmente tumbada por el Constitucional.

La periodista aranesa y exdiputada al Parlament Anna Geli ha explicado a NAIZ que el recurso de 2011 y la posterior sentencia de 2018 fue «la muerte del aranés», y afirma que la reciente decisión del Supremo «acaba de hundir» una lengua con una fuerza social muy distinta a la del castellano.

Situación del aranés

Sobre la sentencia del TC en 2018, Geli cree que es muy significativo que se retirara «la preferencia» del aranés, un punto que valora ya que «toda lengua minoritaria debe ser preferencial». Además, destaca la «presión» que soporta el Valle de Aran en temporada turística, cuando los 10.000 habitantes de esta comarca pirenaica se pueden llegar a triplicar.

«La sentencia del TS no puede matar al aranés, porque ya está muerto. El aranés está anulado, no aparece en ningún lado», concluye Geli, que, más allá de el ataque del TS contra la educación en occitano, vaticina un negro futuro para el aranés mientras no se le dé la importancia que merece una lengua en vías de extinción.