
Conviene precisar que ‘El espía honesto’ (2021) es el segundo largometraje de la cineasta alemana Franziska Stünkel, porque su ópera prima es ‘Vineta’ (2006) que, al no haber sido estrenada en nuestras salas, permanece ignorada.
Fue una adaptación de la obra de Moritz Rinke ‘Republika Vineta’, sobre el diseño de una ciudad del mañana en una remota isla. Pese a su temática futurista, tiene un trasfondo distópico que la conecta con su siguiente película, que versa sobre un periodo histórico también fallido, partiendo en aquella ocasión de la figura de un arquitecto y, en esta otra, de un científico.
El personaje ficticio que interpreta Lars Eidinger está inspirado en la figura real de Werner Teske, el último condenado a muerte en la RDA, acusado de traición.
El protagonista es interceptado por las autoridades de su país cuando va a tomar un avión para llevar a cabo una expedición científica en Etiopía. Afín al régimen, acepta las misiones de espionaje que se le encomiendan en Berlín occidental a comienzos de los años 80.
Se le concede a cambio un importante cargo académico con una vida acomodada junta a su prometida, pero los problemas de conciencia le llevan a renegar de las actividades que realiza en la sombra. Puede recordar a la oscarizada ‘La vida de los otros’ (2006).

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