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El juicio contra Kote Cabezudo por la causa principal comenzará el 7 de marzo

El fotógrafo Kote Cabezudo se enfrenta a una petición de 121 años y medio de cárcel por parte de la Fiscalía por 32 presuntos delitos de índole sexual, pornografía infantil, estafa y contra la integridad moral de 16 mujeres. La acusación particular eleva su solicitud hasta los 2.338 años de prisión.

Una de las movilizaciones en apoyo a víctimas de Kote Cabezudo frente al Palacio de Justicia de Donostia. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)
Una de las movilizaciones en apoyo a víctimas de Kote Cabezudo frente al Palacio de Justicia de Donostia. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)

El juicio por la causa principal del denominado caso Kote Cabezudo comenzará el próximo 7 de marzo en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa y concluirá un mes más tarde, el 7 de abril, después de veinte sesiones en las que comparecerán decenas de víctimas, testigos y peritos.

En esta vista, el fotógrafo donostiarra se enfrentará a una petición de 121 años y medio de cárcel por parte de la Fiscalía por 32 presuntos delitos de índole sexual, pornografía infantil, estafa y contra la integridad moral de 16 mujeres que habría cometido entre los años 1992 y 2013.

La acusación particular, que ejerce el letrado Mario Díez en representación de 17 mujeres (respecto a otras cuatro los hechos han prescrito), eleva su solicitud de condena hasta los 2.338 años de prisión, ya que entre los numerosos delitos que imputa a Cabezudo incluye también 152 de violación.

Asimismo, este abogado pide indemnizaciones que ascienden a un total de 1.715.000 euros para las perjudicadas, mientras que el Ministerio Público demanda un millón.

Con la celebración de la vista oral culminarán nueve años de investigación judicial de este asunto, cuya instrucción arrancó en 2013 y del que a lo largo del proceso se han desgajado numerosas causas de menor entidad derivadas del sumario principal.

Algunas de ellas ya han sido juzgadas y cuentan incluso con condenas en firme contra el procesado por asuntos como obstrucción a la justicia, aportar documentos falsos a los tribunales y desobediencia a la autoridad judicial, si bien aún quedan al menos dos pendientes de ser juzgadas.

Vista tras cuatro años de prisión

La vista por la causa principal, que consta de cuarenta tomos y cerca de 15.000 folios, tendrá lugar ahora a escasas fechas de que el fotógrafo alcance los cuatro años de prisión provisional que constituyen el máximo permitido por la ley, ya que fue ingresado en la cárcel de Martutene el 4 de mayo de 2018 y su reclusión fue prorrogada dos años después.

La Audiencia de Gipuzkoa adoptó esta decisión en aquel momento tanto para evitar el posible riesgo de fuga del procesado como por el hecho de que mientras estuvo en libertad «no cumplió, aparentemente, con los requerimientos judiciales de poner fin a la difusión de imágenes» de sus víctimas que «atentaban contra su derecho a la intimidad».

Según la diligencia que fija las fechas del juicio, de la que ha informado Efe, la vista oral se prolongará durante cinco semanas, en sesiones de lunes a jueves.

Los tres primeros días han sido reservados para la declaración del acusado, tras los que prestarán testimonio las víctimas y los distintos testigos propuestos por las partes, así como los diferentes peritos del caso.

Sin consentimiento

Aunque los delitos presuntamente cometidos por Cabezudo son detallados de forma precisa tanto por la Fiscalía como por la acusación particular en sus respectivos escritos de acusación, su forma de proceder mantiene un patrón similar, según el cual las víctimas, algunas de ellas menores de edad, firmaban un contrato en el que no eran informadas «suficientemente» de lo que se pretendía hacer con el material fotográfico obtenido en sus sesiones.

Seguidamente, las imágenes en las que aparecían desnudas, algunas captadas incluso mientras se cambiaban, presuntamente eran compartidas en páginas de internet en las que se ofrecía, previo pago, material pornográfico.

Según la Fiscalía, en las sesiones, el acusado, que tenía registradas a su nombre estas páginas y que en algunos casos presuntamente también grabó vídeos sin consentimiento, comentaba a sus víctimas que en las imágenes en realidad «no se veía nada» o que no eran «para compartir con nadie».

En los casos más graves, el inculpado presuntamente también habría violado a varias de ellas.