Alessandro Ruta

Nasser Al-Khelaifi y su faceta como tenista antes de presidir el PSG

El actual presidente del PSG tiene un pasado como profesional del tenis, con resultados poco relevantes. No obstante, fue el tenista catarí más importante de la historia alcanzando el número 996 del ranking ATP. Esta semana perdió los papeles tras la eliminación de la Champions en el Bernabéu. 

Nasser Al-Khelaifi antes de comenzar el duelo de la Ligue 1 entre PSG y Montpellier.
Nasser Al-Khelaifi antes de comenzar el duelo de la Ligue 1 entre PSG y Montpellier. (Franck FIFE | AFP)

Hubo un tiempo donde Nasser Al-Khelaifi, el actual presidente del Paris Saint-Germain, uno de los hombres mas potentes e influyentes del mundo del fútbol, estaba mas interesado en la raqueta de tenis que en un balón de cuero. Fue, sin duda, el tenista catarí mas fuerte de la historia, llegando al puesto 996 en la clasificación del ranking masculino ATP, en 2002.

Nada del otro mundo, ningún profesional se puede conformar con un puesto tan bajo en la clasificación mundial, pues no obtiene los derechos para jugar los torneos mas importantes. Qatar tampoco tiene mucha tradición en este deporte, sobre todo porque jugar allí, con esas temperaturas, no favorece la practica.

Sin embargo hubo un momento en que Al-Khelaifi, que sigue sumando derrotas, fracasos y fiascos con su PSG a nivel europeo, fue hasta feliz por perder. Fue en mayo de 1996 su primera participación en un torneo del circuito profesional, en Sankt Polten, en Austria, contra el anfitrión Thomas Muster. No consiguió mas que un juego en un partido ridículo, pero fue su apogeo como tenista.

La bestia Muster

En 1996 Muster, zurdo austriaco, mas duro que el ladrillo, era una especie de Nadal pre-Rafa. Era el rey incontestable de la tierra batida, y en 1995 habíafinalmente el Roland Garros, un premio merecido para un chaval cuyo primero, segundo y tercer interés era el tenis.

Una obsesión, realmente, cuando en 1989, antes de jugar la semifinal del torneo de Key Biscayne en Miami, fue atropellado por un coche conducido por un borracho. Casi se le tuvo que amputar una pierna, pero a pesar de eso había vuelto pronto a las canchas, entrenándose hasta en silla de ruedas.

Eso era Thomas Muster, que ha jugado hasta los 44 años, casi siempre en la tierra batida, donde entre 1995 y 1996 era el líder absoluto. No consideraba ni la temporada sobre hierba, es decir Wimbledon, porque no se sentía a gusto en aquella superficie.

Y Sankt Polten era su reino: un torneo de alto nivel, en mayo, antes del Roland Garros, el objetivo principal de cada año. Practicamente un calentamiento para el Grand Slam, y Muster había ganado ya cuatro veces: en 1988, 1993, 1994 y 1995.

Un juego

Imaginaros en la primera ronda del torneo del 1996 cuando contra el vigente campeón Muster, cabeza de serie número 1, se presentó un catarí: el mismo Al-Khelaifi. No tenía ninguna experiencia anterior en la máxima categoría. Nadie lo conocía pero habia sido invitado o se había auto-invitado, porque el mecanismo de las "wild card" siempre ha sido bastante controvertido. Muchos tenistas, hoy en día, compran estas invitaciones porque les salen hasta rentables.

Al-Khelaifi contra Muster; mucho mas que David contra Goliath, con la diferencia de que en este caso ganó el gigante, es decir el favorito: 6-0, 6-1 en el marcador, con el único juego conquistado por el catarí literalmente regalado. Hay unos videos del partido bastante vergonzosos, con Muster casi celebrando los puntos del rival.

Al final Al-Khelaifi estaba casi contento, nunca antes le había ocurrido algo mejor: jugar contra uno de sus ídolos en un torneo del circuito ATP, el máximo nivel. No le hacia falta dinero sino, posiblemente, una manera de darse a conocer.

El actual presidente del PSG jugó otro partido como invitado en "su casa", en Doha, en 2002. Cayó derrotado otra vez en la primera ronda contra el uzbeko Oleg Odorov, 6-1 6-2. Un torneo cuya organización luego pasaría a las manos de la familia Al-Khelaifi, casualmente.