Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Retiro forzoso

Las actrices y actores son de una raza especial que les hace amar su oficio hasta el punto de querer morir sobre las tablas, ya que ha quedado demostrado que, incluso teniendo resuelto su futuro económico, han preferido seguir trabajando de forma vocacional. O

tra cuestión será los muchos casos en que no se dispone de una pensión o de una estabilidad profesional, pero el que hoy nos ocupa no va por ahí. Tiene que ver más con el hecho de que la interpretación es muy exigente desde el punto de vista físico y mental, y se vuelve más aún con el paso de los años. A menudo se escucha la queja de que no hay papeles para la gente mayor y, siendo cierto, sobre todo entre las mujeres, se olvida con frecuencia un problema tan determinante como el de la salud. Para actuar hay que estar siempre en buena forma, y no se permiten ni achaques ni bajas temporales, porque el papel se lo dan a otro.

La actriz catalana Carme Elías ha anunciado su retirada a causa del alzheimer, enfermedad que le impide memorizar los textos y guiones. Y esta misma semana llegaba el tremendo palo para el empático Bruce Willis, que tantos buenos momentos, dramáticos y cómicos nos ha hecho pasar en una sala de cine. Sufre una afasia, anomalía cerebral que le impide comunicarse tanto verbal como gestualmente. Sin eso no hay manera humana posible de seguir con su carrera artística.