Un investigador de Citizen Lab plantea seis dudas al espionaje de Sánchez y Robles

John Scott-Railton, uno de los investigadores de Citizen Lab, cuestiona la actitud del Gobierno español, recordando que la ministra de Defensa ha pasado de justificar el uso de Pegasus a denunciar haber sido espiada. Y lanza seis preguntas para confirmar la noticia del espionaje a Sánchez.

El investigador de Citizen Lab, John Scott-Railton.
El investigador de Citizen Lab, John Scott-Railton. (Toronto University)

Scott-Railton, desde su cuenta de Twitter, recuerda que el anuncio del espionaje al presidente español, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, llega solo dos semanas después de que Citizen Lab destapara que líderes políticos catalanes, vascos y gente de la sociedad civil había sido espiada con Pegasus y Candiru, cosa que califica como una «sincronización notable». 

El investigador advierte de una cuestión, además, que ha pasado desapercibida en los medios españoles. La cantidad de información robada puede ser mayor. El investigador indica que el hecho de no por menos voluminosa (a la ministra Robles solo le han espiado 9 megas frente a los más de 2,7 gigas de Sánchez) la información ha de ser menos sensible. Según indica el experto, hay información muy comprometedora que pesa muy poco, como los mensajes SMS o un registro de llamadas. 

No obstante, el hecho diferencial no estaría ahí, sino en la nube. Scott-Railton recuerda que este tipo de programas han podido robar contraseñas de acceso a contenido que está en la nube, colgando de internet. El investigador, no sin ironía, dice confiar en que el Gobierno español también haya mirado si alguien ha estado usando las claves de la ministra o el presidente para descargar otros documentos.

En cualquier caso, el experto se muestra muy disconforme de cómo ha reaccionado el Gobierno al resultado de su investigación. Afirma que ha reaccionado con el patrón típico del duelo, pasando de una fase de negación, a otra de aceptción y una tercera de intento de justificación. Y recoge en el hilo, el momento en que la ministra dijo no conocer al medio "New Yorker".

Las seis preguntas que deja en el aire

Además, a modo de tarea para el Gobierno, el investigador deja en el aire seis preguntas. La primera es con la que arranca su hilo. ¿Por qué han anunciado hoy que habían sido espiados?

La segunda pregunta incide en el procedimiento, pues han dado detalles muy concretos sobre los robos de información, pero sin concretar cómo lo han hecho. «¿Qué análisis técnico respalda sus hallazgos?», se pregunta el descubridor del escándalo.

Junto con ello, Scott-Railton ve preciso que se aclare cuándo se descubrieron las infecciones. Su duda lleva otra aparejada, ¿es posible que la infección de los móviles se conociera desde hace meses y se haya reventado para distraer la atención sobre el Catalangate?

Asimismo, el investigador quiere más detalles sobre quién ha hecho la pericial que ha acreditado la infección de estos móviles. 

La sexta pregunta es: «¿Hay otras víctimas?». Que estos dos miembros del Ejecutivo hayan sido infectados no descarta que pueda haber otros puestos sensible que hayan sido objeto de espionaje. 

«¿A quién más se investigará?» es la última de las cuestiones que Scott-Railton lanza al Gobierno español. Y es que, si lo que se pretendía era tapar algo con la revelación de este doble espionaje a los dos puestos más sensibles del Gobierno, la gravedad de lo revelado fuerza a una investigación más amplia, en la que, como mínimo, deberían responderse a las seis preguntas que plantea desde ya quien ha destapado el escándalo.