Ramón Sola

‘Bi arnas’, poniendo palabras al impacto mudo de la tortura

El domingo se estrena en Irun ‘Bi arnas’, documental que ahonda en la realidad de la tortura en uno de sus casos más conocidos, el de Iratxe Sorzabal, pero también en la faceta más desconocida de su madre, víctima también de una experiencia tan dura que ni se puede contar a quien más se quiere.

«Hoy veo el mar muy oscuro, en el cielo hay muchas nubes, y así veo el futuro de mi hija Iratxe: oscuro. Yo desde aquí veo a mi hija a lo lejos, donde se junta el mar con el cielo, y yo desde la orilla quiero alcanzarla para traerla a casa, a la orilla, pero no puedo, no sé nadar. Los amigos y amigas de mi hija me han preparado una txalupa para ir a por ella, lo estoy intentando, remo y remo, pero no llego nunca, y no creo que llegue. No soy joven, me van a faltar años para conseguirlo. Tengo un consuelo y una ilusión: a mi lado navega la hija de Iratxe, mi nieta, es una adolescente, ella seguirá remando cuando yo no pueda, ella culminará ese sueño de traer a su madre a la orilla, a casa». Quien así habla es Mari Nieves Díaz, madre de la presa vasca Iratxe Sorzabal, y lo que así empieza es ‘Bi arnas’, el documental de cuya preparación ya dio cuenta NAIZ y que este domingo se estrena en Irun, su localidad (18.15, en Amaia Kultur Zentroa).

La cinta tiene dos protagonistas, madre e hija; también un escenario omnipresente, el Cantábrico con su incesante batir; y sobre todo tiene un trasfondo terrible, la tortura, que golpea y golpea como ola tras ola aunque ya hayan pasado 21 años desde el calvario que sufrió Sorzabal. Un padecimiento tal que ni siquiera se puede contar a una madre, y que una madre nunca querría escuchar de boca de una hija. Sobre esta evidencia comprensible surge un manto de silencio que se destapa al final del documental.

La vivencia en carne propia también es la de Nekane Txapartegi, torturada en la misma época, que intuye igualmente lo que sufrió su ama y que desea no pasar esa mochila a su hija. Es una de las voces que completan este impactante ‘Bi arnas’, junto a la de dos profesionales que conocen muy en detalle el caso de Sorzabal y que trazan diagnósticos concluyentes: el forense Paco Etxeberria y el juez Serge Portelli. Sus testimonios arrojan más luz sobre lo que la Audiencia Nacional decidió dejar en tinieblas en su sentencia del pasado mes de febrero: «No ha quedado plenamente acreditada tortura».

Para entonces ya estaba lanzado este documental culminado con la ayuda de aportaciones ciudadanas. En él Sorzabal obviamente no puede participar en persona porque sigue entre rejas, pero habla tres veces: una en la entrevista realizada en 2001 cuando había tomado el camino del exilio, todavía casi con las marcas de los electrodos en el cuerpo; otra en un relato metafórico que contribuyó a encauzar su duelo para un proyecto teatral; y la tercera es su declaración en el juicio de Madrid, que tuvo tanto eco en Euskal Herria como ninguno en el tribunal que la condenó a 24 años.

El documental es obra de Borda Gorri Produkzioak, con la colaboración de Muara Elkartea y guion y dirección a cargo de Jon Mikel Fernández Elorz. Está elaborado sin ánimo de lucro, pero sí de difundir la realidad de la tortura: «¿Por qué esta historia? Porque la herida provocada por la tortura en Euskal Herria no se ha cerrado. Se cuentan por miles los ciudadanos y ciudadanas vascas que han sufrido torturas y malos tratos en las últimas décadas, aunque solo algunos hayan sido reconocidos oficialmente. Y por si fuera poco, son muchos los que siguen presos a consecuencia de declaraciones basadas en torturas». Entre ellas, Iratxe Sorzabal Díaz, la hija de Mari Nieves.