Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

La docencia rural extrema del Tibet

LUNANA, UN YAK EN LA ESCUELA 
Bután-China. 2019. 110’ Tit. Orig.: ‘Lunana: A Yak in the Clasroom’. Dtor. y guion: Pawo Choyning Dorji. Int.: Pem Zam, Sherab Dorji. Fot.: Jigme Tenzing. Mont.: Hsiao-Yun Ku.                  

Cartel que muestra el interior de la cabaña que sirve de aula.
Cartel que muestra el interior de la cabaña que sirve de aula. (NAIZ)

Con tres años de retraso, pero por fin llega a nuestras salas esta prodigiosa película, que fue la primera producción de la historia seleccionada por Bután para competir por el Óscar a la Mejor Película Internacional, y que obtuvo el Premio del Público en el festival de Palm Springs. En ella el debutante Pawo Choyning Dorji plantea una visión realista y emotiva a la vez de las dificultades de la docencia en un medio rural extremo, más aún en una época en la que las vocaciones se están extinguiendo en el sector de la enseñanza. Por eso presenta como protagonista a un joven maestro que no quiere ejercer, ya que prefiere probar suerte en Australia como cantante. Ante su falta de implicación, sus superiores deciden enviarle a la escuela más alejada del mundo, por situarse a una mayor altitud, una aldea glacial de las montañas del Himalaya llamada Lunana.

Como buena historia iniciática que es, ‘Lulana, un yak en la escuela’ (2019) muestra el proceso por el cual el joven maestro pasa de la negación inicial al descubrimiento de la verdadera razón de ser de su oficio de enseñante. Al principio todo se le hace cuesta arriba, en el sentido más literarl, porque la ascensión para llegar al remoto poblado nunca acaba. Una vez en el lugar, la situación se vuelve si cabe peor, porque lo que llaman escuela es en realidad la borda de un yak. No tiene ventanas, no hay electricidad y tampoco calefacción. La absoluta falta de material escolar le hará pensar en huir, pero la cálida agogida de escolares y familias, junto con sus ganas de aprender para labrarse un futuro que no sea únicamente el de pastor de rebaños de yaks, le conmueven y le hacen quedarse. Lo que le termina de convencer es la conexión con la música tradicional, en especial las melodías que canta una niña. Dicho hallazgo le lleva a dar las clases cantando, como una manera de que su alumnado disfrute de un método mediante el cual recibir las lecciones elementales, mientrás él encuentra su lección de vida.